La guiri de Los Ángeles que se enamoró de Dos Hermanas y sabe aliñar aceitunas

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Sabrina

Sabrina vive aquí desde 2015 con su marido trianero y sus dos hijos. Ha desarrollado un método para enseñar inglés a niños. Estará en la biblioteca este sábado a las 11 horas.

Dos Hermanas es una ciudad que crece con población que llega de fuera. No solo de otros pueblos de Sevilla y Andalucía. También extranjeros que han encontrado aquí su lugar en el mundo. Es el caso de Sabrina, una norteamericana que sabe hasta aliñar aceitunas gordales.

Empecemos por tu nombre. ¿Cómo es que te llamas Sabrina Isabel Sánchez Laws?

Porque yo nací en Los Ángeles, pero mi padre es cubano con antepasados canarios y mi madre es panameña con abuelos americanos y alemanes. Entre mis ocho apellidos también está Urriola. Mi abuela decía que tenemos sangre pirata. Soy el producto de todos aquellos europeos que fueron a América. Fueron antepasados míos el conquistador Rodrigo de Bastidas y Gonzalo Fernández de Oviedo, primer cronista del descubrimiento de América.

¿Cómo llegaste a Dos Hermanas?

En 2003 yo estudiaba Sociología y Filología Hispánica en Estados Unidos. Mis padres me hablaban con pasión de España, y a la hora de elegir un lugar para una beca elegí Sevilla. Y al llegar el primer día, antes de irnos a dormir, nos ofrecieron ir a tomar algo por la ciudad. Yo tenía 20 años y en USA hay que tener 21 para beber alcohol, así que me fui encantada a la calle Betis. Cuando tenía la primera cerveza en la mano, entró por la puerta un chico de Triana. Fue un flechazo: mirarnos y enamorarnos. A lo último que yo venía a España es a echarme novio, pero hoy día Pepe Puelles es mi marido.

Vuestros hijos, Jaden y Bebel, ¿nacieron aquí?

No, porque fue Pepe quien se vino conmigo a Los Ángeles. Enfermé, estuve en silla de ruedas por un virus que me atacó el nervio ciático y él lo dejó todo para venirse conmigo. Su hermana le dio para mí un anillo de la Virgen del Rocío, y sané. Soy muy religiosa y creo que eso me ayudó. Pepe trabajó primero en la construcción y después abrió un negocio propio de carpintería. Y yo trabajé como perito en una casa de seguros y después de asesora política. Nos casamos en 2006 y los niños nacieron en Pasadena en 2008 y 2011.

Con esa vida tan asentada allí, ¿qué pasó para cambiar Los Ángeles por Dos Hermanas?

Mi marido es el más pequeño de siete hermanos, y cinco de ellos viven aquí porque el padre, que trabajó en Uralita, residió en Dos Hermanas. En una visita que les hicimos en 2015, dijimos: “¿Y si nos mudamos?”. Vendimos nuestra casa en junio, estuvimos de alquiler en Arco Norte unos meses y en enero de 2016 ya vivíamos en nuestro dúplex.  

Te has adaptado bien a Dos Hermanas. ¡Casi no se nota que eres guiri…!

¡Sí, me como todas las eses como vosotros! Pero en la familia siempre seré la cuñada guiri y la tita guiri. Me encanta esta tierra y sus tradiciones, más incluso que mi marido. A mí me flipa, a veces me pregunto. ¿Quién es el guiri y quién el sevillano? Parezco yo más de aquí que él.

Al principio me costó adaptarme, ¿eh? Me enfadaba cuando iba a un sitio y no estaba abierto a su hora, o salía del médico llorando porque no entendía nada. Pero en unos meses descubrí vuestra rica cultura, la manera de vivir y me enamoré de la ciudad.

¿Qué te llama la atención de Dos Hermanas?

Lo primero, los olivos. Vivo en frente de un olivar. Yo misma cojo las aceitunas, compro las especias en la plaza de abastos y las aliño. 

Dos Hermanas es una ciudad ideal para vivir porque lo tiene todo: se puede ir andando a todos sitios, pero al mismo tiempo está muy cerca de Sevilla, con tren y metro. La gente nazarena es súper linda, siento que soy de aquí. ¡Ah! ¡Y me encantan las tradiciones!

¿Sabes bailar sevillanas, por ejemplo?

Claro, aunque con la tercera y la cuarta me quedo un poco cortá. Me visto de gitana y a mis niños también. Me encanta la procesión de la Santa Cena y la Cabalgata de Reyes.

¿Y el Valme?

No participamos en la romería, pero ese día hacemos una barbacoa. Tengo ganas de ir a la ermita, pero nadie me acompaña.

En tu casa, ¿en qué idioma se habla?

En los dos. Mis hijos hablan andaluz de Dos Hermanas e inglés de Los Ángeles.

¿A qué te dedicas aquí?

Cuando llegué, enseñé inglés en una academia y después estuve siete años enseñándolo on line hasta que hubo un ERE. Ahora estoy embarcada en otro proyecto para enseñar inglés a los más pequeños. Justamente este sábado 9 de noviembre a las 11 de la mañana estaré en la Biblioteca Municipal. Es gratis. Espero que vengan muchos padres con sus niños, de uno a ocho años.

¿En qué consiste?

Creo que en los colegios a los niños no se les enseña inglés de la forma más correcta. Se limitan al verbo “to be” y a que aprendan los colores. 

Con mi experiencia en la enseñanza, he desarrollado una metodología con la que, a través de personajes de marionetas (como Sammy el caracol o Sunny la ardilla), los niños cogen confianza y aprenden los saludos, las habilidades y las frases básicas para conversar en inglés con fluidez. He publicado con Amazon ya dos libros, “Ms. Sabrina’s”, y cada sábado cuelgo videos de un minuto y medio en youtube: mssabrina.com. También sirve para los adultos.

¡Mucha suerte! Por último, ¿cual es tu sueño?

Tener una hacienda, convertirla en un hotelito con habitaciones y desayunos, y hacer pan fresco cada día.