Como historiador no me cabe duda que es el personaje más importante, clave y con mayor influencia
Y la Madre Trinidad -que me va a permitir que se le llame en algunos momentos Trinidad Sánchez Moreno porque es la forma de las familias amigas que la han tratado- está considerada una de las grandes místicas de los últimos tiempos, con más méritos por su elemental cultura. Primero, trataré sobre lo que opina un sacerdote que vivió con ella varios años – don Bartolomé Valbuena García- e intercalaremos su biografía.
La Madre pasó a la vida eterna, a su encuentro con la Trinidad, que tanto anhelaba, el 28 de julio de 2021.Pero ella nos ha dejado en la Tierra un gran legado. Este legado que forma un gran corpus de libros u opúsculos ha llegado a muchos fieles de todos los lugares, destacando los cerca de mil obispos, que muchos de ellos han visitado Dos Hermanas. Por ejemplo, el opúsculo ‘Luz en la noche- El misterio de la Fe dado en sabiduría amorosa’.
Y miles de sacerdotes de todo el mundo y seglares de toda clase y condición, reciben, por un camino o por otro, sus valiosos escritos o han practicado algunas de las maneras de retiro organizados por la propia Madre Trinidad para presentar a todos el verdadero rostro de la Iglesia: ‘El Plan de Dios en la Iglesia’, ‘Días de retiro sobre el misterio de Dios en la Iglesia’, ‘Vivencias de Iglesia’, etc. Y me parece también importante que la espiritualidad y el carisma de la Madre Trinidad se haya extendido como una fuente con sus aguas por encima de los carismas de los miembros de órdenes y congregaciones y religiosas tanto de vida activa como contemplativa.
También lo que muy a resaltar es el amor al Papa que tuvo nuestra protagonista. La Madre Trinidad tuvo una especial relación con el papa San Juan Pablo II el cual encomendó a la Obra de la Iglesia la Parroquia Nuestra Señora de Valme (Nostra Signora di Valme). El día 3 de febrero de 1996 la recibió el Papa en una prolongada audiencia privada. El 15 de diciembre de 1996 fue a verla personalmente en su casa, encontrándose la Madre Trinidad, en cama, gravemente enferma.
Otro acto importante es que San Juan Pablo II el 20 de diciembre de 1997 aprobó la Obra de la Iglesia en su singularidad como un ‘Instituto Eclesial de Derecho Pontificio’.
Extremadamente importante es el corpus de cincuenta cartas enviadas por la Madre Trinidad al papa San Juan Pablo II haciéndole ver las comunicaciones de Dios a su alma.
En la vida de Madre Trinidad Sánchez se yergue el 18 de marzo de 1959 como una cumbre hacia la que va ascendiendo toda su vida, como una preparación, y de la cual fluye el torrente lumínico, de vida, de conocimiento en sabiduría y amor de los misterios de Dios en sí, en lo que Él se es, y por lo que se lo es, y como se lo es, y se lo está siendo teniéndoselo sido; y en su manifestación hacia fuera, dándosenos por Cristo y a través de María en el seno de la Iglesia.
Su alma quedó marcada para siempre como troquelada con una misión. “¡Vete y dilo…!”, “¡Esto es para todos…!”, “¡Canta tu canción de Iglesia, con todo cuanto te he mostrado, introducido en mi Sancta Sanctórum!”.
Y también “pregona que Dios quiere que se conozca a la Iglesia con toda la hermosura que Él mismo ha puesto en ella”: y que así hay que presentarla a todos los hombres.
Resumiendo, también nos viene a decir que los hermanos separados, los protestantes -hacia los cuales se han avanzado tanto en su unidad con el Catolicimo- vendrán a la unidad al verse subyugados por el rostro de la Santa Madre Iglesia. Y, haciendo una pequeña digresión tengo que decir que es evidente que ha avanzado el camino hacia aunque todavía falta mucho. Lo que sí es cierto es que el camino de la unión fue empujado por la Madre Trinidad.
Y también me llama mucho la atención tanto el calor que la Madre da a la figura del papa Roncalli, del gran San Juan XXIII. No en vano la Madre está considerada una gran impulsora del concilio Vaticano II.
Y más aún me llama la atención que habla “Y esa será también la manera de que vengan los negritos, los amarillos y todas las razas del mundo a su seno de Madre”. Esta idea de un proyecto universal, católico en su mayor extensión dice mucho de los pensamientos de la Madre.
Y, por último, lo más bonito: “Que hace falta que la teología se ponga al alcance de todos los hijos de Dios:y hay que darla calentita y caldeada en el amor”.
Echando la mirada a sucedidos de la Madre anteriores al 18 de marzo de 1959 pueden verse anécdotas altamente significativas. Ante la pregunta de Juan Pablo II: ¿Y por qué se llama Trinidad?, y ante la respuesta espontánea de nuestra protagonista: “Porque así se llamaba mi abuela materna”, el gran pontífice comentó: “No sin designio divino fue que se llamara Trinidad, porque de la Trinidad tenía usted que hablar”.
Yo diría como historiador que se trata un pasaje de una vida de santa, a mi en parte me recuerda las florecillas de San Francisco.
Fue bautizada con el nombre de Trinidad del Sagrado Corazón de Jesús, siendo bautizada el día 19 de febrero de 1929, hija de Emilio Sánchez y Trinidad Moreno. Y es verdad que nació y fue educada en una de las familias de la burguesía acomodada de Dos Hermanas -el sacerdote don Bartolomé Valbuena García usa la expresión para su familia de “gran solera” la cual es muy apropiada-. Ello resulta más notorio porque después el origen familiar contrasta con la humildad de la Madre Trinidad y su mensaje.
Pero luego tuvo un accidente en la vista, quedándose casi ciega durante su infancia, y a duras penas pudiera hacer la enseñanza primaria. A los quince años estaba en el comercio de calzados de la familia.
Don Bartolomé Valbuena García hace hincapié en una idea que acompaña a la Madre Trinidad toda su vida y que es la conciencia de su nulidad y su nada ante las manifestaciones del Omnipotente.
Antes de adentrarnos en la vida de la Madre Trinidad estoy a la expectativa pues habría que tratar sobre las solemnes exequias de tan ilustre y a la vez tan humilde yacente.
Yo, para no seguir más tiempo, quiero dar el pésame de este periódico, que intenta ser un portavoz para todos los nazarenos, a la Obra de la Iglesia que viven en la calle Nuestra Señora de Valme o a los nazarenos de la Obra que viven en sus viviendas.
Madre Trinidad de la Santa Madre Iglesia es, para mí sin duda, el personaje más importante de la Dos Hermanas de los siglos XX y XXI por su influencia en la Santa Sede y que por ello, está por encima de muchos otros grandes nazarenos.