La Madre Trinidad, un gran personaje de la Dos Hermanas de los siglos XX y XXI (y III)

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La Madre Trinidad

La Madre Trinidad es una gran mística de los Tiempos Contemporáneos

Vuelvo hoy a centrarme en un personaje clave en la Historia de la Dos Hermanas de los siglos XX y XXI, en la Madre Trinidad Sánchez Moreno, esa nazarena que, desde joven, marchó a la villa y corte, a Madrid,  y luego lo haría a lo que los clásicos llamaban la corte de Roma, ‘la caput mundi’, ciudad que conquistó con su sana doctrina, o sea, la predicación de la palabra del Buen Pastor.

Y habría que referirse un poco a su gran fundación: La Obra de la Iglesia. Está compuesta por Sacerdotes, Consagrados y Consagradas célibes, Adheridos célibes, y los Militantes y Colaboradores que pueden ser de todos los estados, solteros, viudos, casados… Por último, quiero decir que habría que contar los simpatizantes, entre los que me cuento que, sin contar en el número de los que forman La Obra, tenemos atracción por la labor de la Madre Trinidad, por supuesto por La Obra de la Iglesia. El caso mío presenta un caso prototipo. Yo voy mucho a celebrar la Eucaristía en La Obra de la Iglesia en la calle Real Sevilla. En pocos sitios -y he oído misa en cientos de iglesias- he visto tanta piedad y respeto. Yo de todas formas, por costumbre, oigo misas normalmente en Santa María Magdalena, iglesia que tiene un imán que es evidente y que, seguramente, la Madre tuvo que experimentar como experimentaron los muchos Consagrados que entraron en Religión y que, fueron y son, feligreses de nuestra queridísima iglesia mayor.

Pero, volviendo a la Madre y su Obra, a mí me llama la atención la piedad, el espíritu de sencillez, los pocos vuelos, la humildad que transmiten sus sacerdotes en sus sermones. Ello, no sólo lo hemos experimentado oyendo sus homilías en el Oratorio de La Obra, sino también en los triduos o quinarios en que han predicado. Yo quiero mencionar, porque me impactó, el quinario al Santo Cristo de la Vera-Cruz que predicó don Miguel Silvestre Bengoa, joven sacerdote de La Obra, hoy destinado en la Parroquia de Nostra Signora di Valme, y que predicó con  un excelente dominio de la palabra sobre la Pasión de Cristo. Y lo más importante -ya metiéndonos un poco en lo mundano- es que triunfó en los cultos de Vera-Cruz, la hermandad penitencial más antigua y una de las más prestigiosas.

Pero, no sólo están los sacerdotes, están también los Consagrados y las Consagradas. Se trata de hombres y mujeres que tienen los tres votos -castidad, pobreza y obediencia-. No todos trabajan  fuera de las labores de La Obra aunque sí muchos. Es una curiosidad que, aunque no visten hábito, la manera de vestir las mujeres, muy sencillo, hace que sean reconocidas por cualquier sitio. Recuerdo haber reconocido a dos de ellas en la puerta del convento de Carmelitas Descalzos de Santa María in Traspontina en la Vía della Conciliazione, via que une El Vaticano con Roma.

Después habría que referirse a los Militantes. Son muchos e, incuestionablemente, muy devotos. Los hay de edad provecta, de edad mediana e incluso más joven. En Dos Hermanas son muchas las parejas de matrimonios de edad mediana con muchos hijos. Algunas de ellas tiene varios Consagrados. Para mí que sean estos matrimonios fuente de vocaciones, dice mucho de La Obra de la Iglesia y eso, teniendo en cuenta que en nuestro pueblo, para nuestra bendición, no deja de haber vocaciones y Santa María Magdalena, por ejemplo, no deja de ser semillero de nuevos sacerdotes. 

Mas también hay que hablar de los Colaboradores que es un grupo de personas que colabora, como su nombre lo dice, con La Obra de la Iglesia.

Igualmente me gustaría citar la faceta eclesial de la Madre de amor a los obispos. Ya es sabido la protección del obispo de Sigüenza-Guadalajara Monseñor Laureano Castán Lacoma, que había quedado subyugado por la recta doctrina que predicaba la Madre.

Pero la Madre Trinidad llegaría hasta la sede de Pedro. El 3 de febrero de 1996, es recibida por San Juan Pablo II en audiencia privada, donde puso su alma, cargada con los regalos de Dios, en las manos del sucesor de San Pedro, el cual comprende y abraza esta alma excepcional, que se ve confortada, acogida por el que es Pastor y Pontífice Máximo. También el 15 de diciembre, enferma la Madre, quiso visitarla el Santo Padre en el lecho del dolor. Ya antes había visitado la Parroquia de Nostra Signora di Valme, dedicada en Roma a Nuestra Señora de Valme y que es muestra, viva y palpable, del amor de la Madre Trinidad a su pueblo. No puedo pensar un rasgo de amor y delicadeza hacia Dos Hermanas que ponerle el nombre de Su Celestial Protectora y Patrona de Su Excelentísimo Ayuntamiento, la Virgen de Valme. Y la Madre ha tenido siempre una influencia sobre el colegio Episcopal. Ella ha protegido mucho a los obispos. Se ha ocupado de darles alojamiento cuando visitaban Roma por ejemplo por la visita ‘ad limina apostolorum’, en la preceptiva visita al Papa. Y lo cierto es, que muchos prelados de todo el orbe, han quedado atraídos por los escritos de la Madre. De ello queda constancia en la misma Dos Hermanas pues, ora por la Casa de La Obra de la Iglesia ora la Parroquia de Santa María Magdalena, han pasado muchos obispos que ha traído La Obra de la Iglesia. Creo que han servido de confortación la existencia de estos prelados para los fieles nazarenos, que han comprobado la universalidad de la Iglesia Católica a través de estos obispos que nos han honrado con su presencia. Como importante visita la del cardenal  guineano Robert Sarah que entre 2014 y 2021 fue prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, uno de  los personajes más importantes de la Iglesia Católica.  

Y qué se puede decir de La Obra de la Iglesia y Dos Hermanas. En la ciudad tiene un fuerte arraigo La Obra. Hijos de ella han sido Sacerdotes, Consagrados, Consagradas, Militantes. De todas formas no son  tantos como acaso debiera. La Madre es reconocida por muchos que la conocieron. Todavía viven muchos que la trataron.  Como muestra de cariño voy a poner una poesía de  otro de nuestros internacionales que tuvo ocasión de tratarla y que la apreciaba mucho. Nada más y nada menos que Antonio Romero Monge ‘El Pollito’, miembro del dúo ‘Los del Río’, que trabajó en La Favorita, la zapatería de la familia.

“Emilio Sánchez tu padre /  Tu madre Pepa Moreno / Y junto a tus hermanos/ Y sobrino Antoñito / Estáis en el cielo/ Nazarena muy grande entregada al/ Dios Eterno /Madre Trinidad tu obra/ Por siempre respetaremos/ Como respetaron tus padres/ tu ausencia de tu pueblo/  que el sonido de su armónica/ siempre te echaba de menos/ mientras yo le cantaba/ le servía de consuelo/Y hoy estarán como locos/ con su TRINI que ha vuelto/ Os quiero  (El Polli) ARM”.

Por otra parte, esta misma semana que salen estas líneas, un detalle va a tener la Oración en el Huerto con la figura de la Madre Trinidad. Durante el triduo de los días 29, 30 de septiembre y 1 de octubre y la procesión del 2 de octubre la Virgen portará en su mano el rosario que en el año 2003 le donó la Madre y que es el que a ella le regaló el papa San Juan Pablo II el año 1996.                      

Los miembros de La Obra siempre han cuidado mucho su integración a través de la Eucaristía pues acuden con frecuencia a misa a Santa María Magdalena. Yo creo que tienen muy en cuenta el papel de nuestra Iglesia Mayor en la génesis del nacimiento de su Movimiento. No hay que olvidar que, aparte de Jesús Sacramentado, existen dos imágenes claves en la vida de La Obra que se encuentran en la Parroquia: una la Virgen  de Valme y otra la Purísima. Ello hace que sea importante el papel de Santa María Magdalena dentro de la vida de La Obra.

Igualmente, debo hablar de cómo se extiende por el mundo La Obra de la Iglesia. Tiene casas en tres países con parroquia como la ya citada, la de San Bartolomé de Sevilla -precioso joyel para una  preciosa joya como es la patrona de la parroquia la Virgen de la Alegría-, la de Nuestra Señora de Valme en Guinea Ecuatorial. Pero hay también miembros de La Obra en países como Ecuador, Ruanda y Suiza. Además, 1.200 obispos conocen los escritos de la Madre y cincuenta forman parte de La Obra. Sobre todo destaca la presencia de La Obra en España e Italia.

Y quiero acabar estos artículos tan personales que muestran, por un lado, mi admiración hacia esta nazarena, y por otra, mi admiración por La Obra que regenta la parroquia de mi Virgen de la Alegría de la que soy hermano desde los quince años. A la Madre Trinidad, una mujer sin estudios, está claro que la eligió Dios para crear un movimiento religioso de nuevo cuño. Es por ello y por los frutos que ha dado esta institución que considero que es una gloria para Dos Hermanas, tierra de artistas de todo tipo pero también de místicos.