1959
Antes de llegar al Preventorio, los Reyes Magos entregaron ropa a los niños de la Vereda y Cerro Blanco que fueron evacuados por el temporal
Desde que, en 1953, salió a la calle la primera cabalgata de Reyes Magos, esta de 1959 fue la primera en que dos hermandades sufragaron parte de los gastos. De las diez carrozas que se encaminaron hasta el Preventorio de Santa Teresa, una fue patrocinada por la Hermandad de Valme y otra por la del Rocío. En compensación, las representaron respectivamente los médicos José Caro Romero (encarnando al Rey Melchor) y Manuel Rivero Monterior (Rey Baltasar).
El Rey Gaspar fue personalizado por el empresario de la aceituna Antonio Lissén, que entregó donativos al párroco y a la Residencia Santa Teresa.
El desfile superó en brillantez al de años anteriores, lanzándose 400 kilos de caramelos. Destacaron como novedades un belén viviente recreado en una de las carrozas y el debut muy aplaudido de la nueva Banda de Cornetas.
Las calles del centro de Dos Hermanas se abarrotaron de público, concentrado especialmente en los accesos al Preventorio. En la escalinata esperaban los cien niños (hijos de enfermos tuberculosos) que aquí residen bajo los cuidados de una comunidad religiosa y que recibieron a Sus Majestades con preciosos villancicos. En su interior, como cada año, se vivieron escenas inolvidables de ternura que incluso hicieron soltar una lágrima a José Caro, según confesó.
Sin embargo, en esta ocasión la escena que causó más honda emoción sucedió minutos antes, en la puerta de la iglesia, donde un grupo de niños evacuados de las chozas de la Vereda y Cerro Blanco en los pasados temporales recibieron ropas y caramelos de manos de los propios Reyes Magos. Los pequeños continúan alojados provisionalmente en una nave industrial.