Lechu, 46 años de portero: “Juego con los hijos y nietos de mis antiguos compañeros”

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Lechu
Con su ropa de portero, Lechu posa para El Nazareno en una de las porterías del campo de balonmano del Polideportivo Municipal, allí donde ha realizado miles de paradas desde 1978.

Ni bebe ni fuma. Su pasión es el fútbol sala. Es capaz de venirse de una boda por jugar un partido. A los 63 años, se tira a por el balón como el primer día

Es sin duda el guardameta más veterano de Dos Hermanas y me pregunto si de España. A José Antonio Rodríguez del Valle nadie lo conoce por su nombre. Es… “el Lechu”. 

¿Lechu es un mote?

Sí. Somos 8 hermanos, y mi padre nos ponía a todos un mote: Perico, Botiqui, Calichín, Cochinita, Lechuguino, Pizpiri, Pitogori y Guegui. No significan nada, era su forma de llamarnos. Y yo, de Lechuguino pasé a Lechu. Nadie en el pueblo me conoce de otra forma, hasta el punto que un día vinieron de Los Palacios buscando a un portero que se llamaba José Antonio Rodríguez y nadie lo conocía. Hasta que dijeron el mote y enseguida dieron conmigo.

¿Cómo se explica que un señor de 63 años esté jugando al fútbol sala con chavales?

Porque es lo que me hace feliz. Conservo la ilusión de cuando empecé, allá por 1978. ¿Quieres creerte que antes de los partidos todavía tengo pesadillas? Sueño que llego tarde, que los míos no vienen o que cuando llego ya se ha terminado el partido. 

Y es verdad: juego con gente mucho más joven que yo. Al principio jugué con gente que me doblaba la edad, después con gente de mi edad, más tarde con los hijos de mis compañeros de equipo… ¡y ahora juego con los nietos!

Pero ya no te tirarás a por todos los balones…

¿Cómo que no? Me tiro con las mismas ganas que con 20 años. Jamás he pensado: “No me tiro, que me voy a lastimar”. Yo me tiro, aunque después me lleve un mes con la rodilla hinchá. Y me enfado cuando me marcan un gol, aunque vayamos ganando 8-0. 

¿Cual es tu secreto?

Por un lado está la forma física. Ni he bebido ni he fumado en mi vida, yo era el tonto del refresquito de limón. Voy al gimnasio, corro maratones y jamás me he retirado de ninguna carrera. 

Y por otro lado está la motivación. Compenso la edad y los kilitos con la ilusión. Mi mujer dice que esto va a ser mi muerte, porque si pierdo llego a casa irritao. Yo me he venido de la playa para jugar un partido, y en un finde he ido y venido tres veces de Huelva para no faltar. La tarde que me casé, por la mañana jugué un torneo. 

Háblame de tu infancia y qué papel jugó el fútbol.

Yo nací en la Casa de Socorro en 1961 y me he criado en la barriada de La Victoria. Estudié en La Oliva y en el Valme Coronada, y a los 13 años me salí para trabajar, guardando vacas. He picoteado trabajando en bares, de albañil, de cuidador en un asilo…aunque lo que me ha dado de comer ha sido la escayola. A eso me dedico, soy yesero escayolista.

 Desde chico he jugado al fútbol, dando pelotazos en el “campo de los cordeles”, porque allí es donde tendían las mujeres. Poníamos dos piedras como portería y allí nos daba la noche. Yo siempre era el portero, desde que empecé en los campeonatos escolares de futbito. Me daban unos pepinazos que me caía para atrás. Tres veces me he roto la nariz, pero nunca tuve miedo.

¿En cuántos equipos has jugado?  

¡Ni los he contado! He jugado en El Arenal, Los Merrys, Los Niños, cuatro años en Los Joe, Talleres Hermanos Moreno, Almacenes Molero, Pulidos Anabril, La Naranja Mecánica, Peluquería Samuel, estuve 5 o 6 años en el Zlatko Tirik… y en medio de todo eso, con 30 años, estuve ocho años en el Fútbol Sala Nazareno, en la División de Plata de Liga Nacional. Después jugué en categoría de veteranos: en la Peña El Zotal, Cuesta los Machaos, Muebles Dati… y siempre hemos sido campeones. 

Hice un paréntesis cuando me fui un año a trabajar a Mónaco, y dos en Ibiza, aunque allí jugué en un equipo. Cuando regresé a Dos Hermanas, estuve en el Club Fernando Varela, Los 9 y el Gordo, y la última temporada en el May Flays de División de Honor. Este año juego en el Prior Telecomunicaciones.

Y todo eso sin contar decenas de campeonatos de 24 horas y trofeos en los que he participado. En el 48 horas de Los Palacios he sido siete veces campeón; uno con Los Joe, dos con Los Zampabollos, tres con Los Medio Litro y uno con los Warriors.

¿Tienes muchos trofeos en tu casa?

¡Muchos! Y unos 50 al portero menos goleado.

¿Piensas retirarte algún día?

No me lo he planteado todavía, y eso que tengo la pierna rota por tres sitios.

¿Qué porteros tienes como referentes?

A nivel nacional, Iríbar, Buyo, Arconada, Casillas… A nivel local ha habido grandes porteros como Cebolla, Quique, Barbero, Juan el Pescaero… pero juegan tres o cuatro años y desaparecen. Lo extraordinario es el tiempo que llevo yo, que por aquí sigo roando 46 años después.  

Me han contado que una vez te metiste al campo con una pierna rota, en plena rehabilitación… ¿Puedo titular esta entrevista diciendo que eres “un loco del fútbol”?

Loco no, pero casi, porque sí que he hecho locuras como esas que cuentas. En ese partido venía cojo y me fui cojo y manco, porque me partí el dedo gordo de la mano. 

¿Ha cambiado el fútbol sala en Dos Hermanas?  

Va a peor. La edad de oro pasó. Digamos que fue entre 1980 y 1996. Antes venían 300 personas a ver los partidos, se ponían a doble fila. Han llegado a participar 150 equipos en las distintas categorías, y ahora por ejemplo solo hay 13 equipos en División de Honor. Pero Dos Hermanas es una potencia en la provincia de Sevilla. No olvidemos que el actual Betis Futsal salió de Dos Hermanas.

¿Tienes partido?  

Sí, el domingo a las 11. ¡Y ya estoy que no duermo!