Aparte de la restauración en este particular bar se dedican a la venta de libros
Hoy me voy a un tema de Historia Contemporánea, de lo más contemporánea, de Dos Hermanas. Hablaré del bar Livingbook que se dedica, aparte de a la restauración, a la venta de libros. Su nombre Livingbook significa viviendo libros.
Es, sin duda alguna, un sitio novedoso pues, aparte de ser un bar que sirve desayunos y meriendas, se dedica a la venta de libros, de los numerosísimos libros que llenan los numerosísimos anaqueles de este singular establecimiento.
Yendo a lo más pedestre, a lo que sirve de condumio, hay que decir que la carta sirve para todo el día pudiendo servirse tostadas por la tarde. Entre los dulces que se encuentran en el local están las tartas, croissants, cookies, napolitanas y torrijas, siendo muy alabadas estas últimas. También se sirven tostadas con todos los ingredientes en croissants, molletes o bagel.
Entre las bebidas, se encuentran como especialidad los rooibos de tres clases: Tropical, Flores y Estrella de Oriente y los tes Verdes, Rojos y Negros, Ruta de la Seda, Luna Nueva y Mandarina Canela. Hay que apuntar que todos están deliciosos, destacando quizá el té Mandarina Canela, todo un clásico del bar, y que tiene un sabor penetrante por lo cual resulta exquisito.
También se cuenta con manzanilla y menta poleo y por supuesto cerveza, refrescos, zumos, copas como cubatas y el imprescindible café. Entre los refrescos se encuentra el fanta, el aquarius, el nestea, el maracuyá –exótico y delicioso- y otros muchos. A su vez existe una gran variedad de cervezas con y sin alcohol.
La filosofía del bar es que la gente disfrute de los libros mientras disfrutan del sitio que es altamente acogedor. Hay que decir que los libros se venden.
El bar es frecuentado por un selecto público. Un ejemplo es que un día vi merendar a tres intelectuales nazarenos, la recientemente jubilada bibliotecaria María del Carmen Gómez Valera, el periodista David Hidalgo Paniagua y el historiador Jesús Barbero Rodríguez.
Igualmente hay que decir que frecuentan el local personas no sólo de Dos Hermanas sino también de otros lugares. Al bar han venido periodistas –ahí está el caso del nombrado yuso David Hidalgo Paniagua-, el señor alcalde don Francisco Rodríguez García, la policía local, presentadores de televisión y artistas como Manuel Sánchez Vázquez, el tan nombrado Manu que ya ha salido en dos artículos en estas páginas.
También es un hecho muy importante que se han hecho presentaciones de libros. Por otra parte, la reunión constitutiva de la Asociación de Escritores Alnazar, de corta pero fecunda vida, se hizo en este local y aquí han seguido siendo las reuniones. Esta asociación reúne a un gran número de escritores nazarenos y mantiene una actividad muy intensa con las numerosas publicaciones de los asociados, las presentaciones de las mismas o la participación en las ferias del libro.
Mas me interesa mucho resaltar que este bar es un dinamizador de la actividad cultural, singularmente en la calle Nuestra Señora de Valme, la calle principal de la ciudad conocida como Real Sevilla o simplemente Real. En ella, se encuentran dos librerías, la Librería Valme –prestigiosísimo y ya antiguo local que es, posiblemente, la mejor librería de Dos Hermanas por sus riquísimos fondos- y la librería anticuaria Azahar Vintage, buena tanto para libros modernos como, sobre todo, para los antiguos de los que tiene un amplio surtido. Además, extendiendo un poco la cuestión hay que decir que las tertulias de todo tipo, muchas ellas con un claro matriz cultural, se celebran en la calle Real en los bares que la adornan. De hecho, uno de ellos se llama La Tertulia. Por otra parte, un dinamizador de la vida cultural de la calle Real es el taller de pintura en que se enseña a pintar a los nazarenos. También la calle Real tiene un centro religioso de primer orden, la Casa natal de la Madre Trinidad de la Santa Madre Iglesia- Trinidad Sánchez Moreno- fundadora de la Obra de la Iglesia. Desde el punto de vista que la Religión, singularmente la Católica pero también las otras sean cristianas o no, forman parte de nuestro acerbo cultural la casa natal de la Madre Trinidad es un centro cultural que recoge en su interior muchas piezas de un valor artístico apreciable como el Niño de la Esperanza, atribuido a Felipe de Rivas, el retablo de la Santísima Trinidad, Santa María Reina o el Cristo de la Expiración. Es un monumento que conviene visitar para apreciar sus obras de Arte y el espíritu indeleble de la fundadora.
Pero, volviendo a nuestro bar, diré que sus dueños son mi primo Miguel Ángel Pérez Rivas y su mujer Gema Martín Mendoza. Ambos han hecho una apuesta arriesgada y en principio les ha salido bien. Tienen tres hijos: Miguel Ángel, Ángela y Álvaro.
Miguel Ángel es hijo de Juan Pérez Barreda, comerciante, y Luisa Rivas Cueli, ama de casa. Sus hermanos son Juan José, Álvaro, Amelia, Adela y Jesús que pueden verse con frecuencia en el local del que estoy hablando. Miguel Ángel es nieto de Adela Cueli que regentaba una conocidísima pensión cuyo edificio, por fortuna, todavía se conserva.
En el bar trabaja Caleb Nájena y John, aparte de los dueños.
En fin, Livingbook es un centro de cultura y de saber. En poco, poquísimo tiempo, se ha hecho un hueco en la calle Real, en el centro de Dos Hermanas y, sobre todo, en la vida cultural de la misma. Es admirable el ingente número de clientes que frecuentan el local. Sólo citaré unos cuantos como Manuel Morillo López-de la familia de los Chamorros, una de las más destacadas en la historia de nuestro pueblo-, Lourdes Ortega Ramos-hermana del conocido vecino y cofrade José Ortega Ramos-, Antonio Jesús Candil Guerra- hija del vendedor de muebles Andrés Candil y de María Guerra-y María conocida como ‘La Portuguesa’, por ser oriunda del vecino país luso.
Pero ya digo que al local van muchos vecinos de Dos Hermanas y fuera de ella. Ayuda a ellos el buen sitio del bar, en la calle Real, el eficiente servicio y, como no, la existencia de los libros que se pueden, como he dicho, leer en el local o comprarlos.
Los fondos de libros del Livingbook son muy grandes y hay toda variedad de títulos, existiendo tanto lectura para adultos o adolescentes como libros para niños. Este hecho, la existencia de libros le da una peculiaridad al local muy acentuada. Confieso que no tengo noticia de que exista un bar como éste, con la presencia de tantísimos libros, en toda Dos Hermanas.
En fin, acabo. Sólo tengo que decir que se necesitan personas valientes como Miguel Ángel Pérez Rivas, de este bar, Antonio Martínez Fernández, dueño de la librería Valme o Javier Rivera Asencio, dueño de Azahar Vintage que, con su trabajo, su amor por los libros y la cultura en su máxima extensión, dinamicen la vida cultural de Dos Hermanas. Creo que todo el que esté interesado por la extensión de la cultura en nuestra ciudad, debe frecuentar este local y las demás librerías no sólo las de la calle Real sino las demás librerías o papelerías que se extienden por todo el pueblo. Dice mucho de Dos Hermanas que existan tantas librerías y, sobre todo, papelerías librerías que aumentan el acerbo cultural del pueblo.
Pues bien sólo tengo que decir que en Dos Hermanas existen muchos intelectuales, muchos de ellos escriben, y la ciudad está llena de pedagogos, filólogos, historiadores.
Para ellos Livingbook es un local imprescindible, un verdadero, repito, dinamizador de la vida cultural de Dos Hermanas.
Postdata:
En el artículo pasado a Isabel Rodríguez Lora le puse de segundo apellido Rico, cuando era Lora como aparecía, correctamente, en su dos hermanos Andrés y Antonio.