Los Collantes de Terán Legallois de Grimarest: una conocida familia (I)

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Collantes

El abuelo materno, Don Jesús de Grimarest y Villasís, fue una importante figura de nuestra historia

Se podría hablar de muchas familias de nuestro pueblo, de todas. Todas, sin excepción, sean de la clase social que sean, han tenido su papel en nuestra pequeña historia local. Todas han conformado el devenir histórico de nuestra interesante, rica y, a todas luces importante, ciudad. Todas merecen, pues, un trabajo sobre ellas. En estas páginas hemos intentado hablar de estirpes y personas de todos los grupos sociales. Para el que escribe estas líneas, cualquier nazareno de nacimiento o cualquiera no nacido en Dos Hermanas pero que viva entre nosotros, tiene su papel y su importancia. Su mucha importancia diríamos. Y nos volvemos hoy muy repetitivo en las palabras porque lo que queremos hacer ver es que cada individuo, en su peculiaridad y su personalidad, hace la vida de su pueblo, de ese lugar, villa, ciudad o lo que sea donde habita o donde ha venido al mundo o las dos cosas a la vez.

Ahora bien, hoy nos vamos a centrar en una familia que ha dado al menos tres grandes individuos a Dos Hermanas: los Collantes de Terán Legallois de Grimarest. Uno ha sido el más cercano en el tiempo, Pepe Collantes, el famoso cantaor nazareno del que ya hemos hablado en estas páginas. Otra, quizá haya sido su hermana Pepa, mujer cosmopolita donde las haya que merece un detenido estudio. Ya más lejano en el tiempo se encuentra el abuelo materno de la familia y alcalde que fue de esta villa don Jesús de Grimarest y Villasís, de nobilísima familia sevillana –emparentada entre otras estirpes nobiliarias de Sevilla con los condes de Peñaflor de la Argamasilla, título que hoy ostenta Luis Manuel Halcón de la Lastra, teniente de hermano mayor que fue de la Real Maestranza de Caballería de la misma Sevilla, y casado con María Luisa Guardiola Domínguez, de conocida familia de ganaderos de reses bravas y mujer muy implicada en la ayuda a los niños oncológicos, punto en el que lleva a cabo una labor enormemente encomiable-. Pero dejémonos de digresiones y centrémonos en la familia nazarena que hoy nos ocupa.

Y los progenitores de esta familia fueron José Collantes de Terán Bulnes, sevillano, hijo del también sevillano Juan Collantes de Terán y de la alcalareña Concepción Bulnes. Fue José Collantes de Terán, que no realizó estudios universitarios contrariamente a sus hermanos, oficial mayor del ayuntamiento de nuestra entonces villa y casó con Concepción Legallois de Grimarest Gómez, hija del citado alcalde y de doña Andrea Gómez-Fernández y Rodríguez.

El citado matrimonio tuvo cinco hijos: Concepción –Concha para la memoria de Dos Hermanas- casada con el conocido y famoso médico don Juan José López Gómez, de la gente de los ‘Chamorros’, hijo de una ‘Chamorra’ Ana Gómez Zambruno y de Juan López Ponce; Luisa, que aún vive, casada con José Rodríguez Gómez, natural de Constantina, de una familia relacionada con el trabajo de las carreteras y famoso corredor de aceitunas, en un tiempo en que este oficio era más fundamental que hoy para la vida del pueblo; Gloria, soltera, y que también vive entre nosotros; Pepa, soltera, recientemente fallecida, mujer, como hemos dicho, de vida muy cosmopolita y en la que incidiremos muy especialmente en este estudio; María, que muere joven y soltera a los veinte años y ese gran cantaor que es José, Pepe Collantes, al que también tenemos la fortuna de tener entre nosotros y que es viudo de María Luz García Salvatierra.

Y queremos centrarnos de manera muy breve, pues ya se ha hablado mucho de él en trabajos que hemos hecho historiadores y periodistas, en la figura de don Jesús de Grimarest y Villasís, alcalde que fue de la villa entre el 1 de noviembre de 1920 y el 21 de enero de 1921, como vemos un corto período pero creemos que fructífero. Que era carlista está fuera de toda duda. Existe documentación escrita y gráfica que así lo atestigua. Era partidario de esa rama familia de los Borbones que empieza con don Carlos María Isidro de Borbón y Borbón-Parma, hermano de Fernando VII y rival de la hija de este último Isabel II de Borbón y Borbón-Dos Sicilias, retatarabuela de nuestro rey Felipe VI, y acaba con don Alfonso Carlos de Borbón. Hoy sus derechos al trono que recaen, en paridad, por desaparición de su rama en la rival, la del rey Felipe VI, la representan los Borbón-Parma, los hijos de don Javier de Borbón-Parma, sobrino político de don Alfonso Carlos de Borbón, ya citado. Pero volvamos, sin meternos en más honduras, al Carlismo de don Jesús de Grimarest y Villasís. Existe la tradición, firmemente arraigada en el pueblo, de que perteneció al Partido Liberal, la Izquierda dinástica -partidaria en la Restauración de la Monarquía de Alfonso XII, tatarabuelo de nuestro rey Felipe VI ya nombrado- lo cual sostienen muchos de los descendientes de don Jesús. Confesamos, con la mano en el corazón, que no sabemos qué pensar. Ignoramos de dónde sale esta historia. Que está firmemente asentada también es cierto. No queremos, en absoluto, entrar en polémicas con nada ni con nadie. Sólo, nos limitamos a repetir lo que siempre se ha dicho. Además que fuera carlista, liberal o conservador poco importa hoy con lo que está cayendo en el mundo. Ahora bien, no lo olvidemos, los cambios de partido en esta época eran muy comunes, enormemente comunes. Pero más nos importa que su adscripción política la labor que desarrolló en beneficio de la villa y su papel en sus cofradías tanto en la más importante de Valme –recordemos que este era un pueblo donde solían tener más papel las cofradías de gloria que las de penitencia- como en Vera-Cruz y en el Santo Entierro. En la última como ya hemos escrito en su momento fue mayordomo segundo, es decir teniente de hermano mayor, en 1896 siendo mayordomo primero don Fernando Muñoz y diputado primero en la reorganización llevada a cabo por el sacerdote pilongo don Manuel López Doval, hijo de la villa y párroco de Santa María Magdalena, en la que fue elegido hermano mayor el médico y también alcalde de la villa don Manuel Andrés Traver. Pero, aún nos importa más su labor en beneficio de esta villa y de su población necesitada que fue muy grande y nunca será lo suficientemente alabada. Vamos a ver: frente a una poderosa nobleza y alta burguesía sevillana que vivían en este Versalles sevillano, en sus huertas y recreos, que era Dos Hermanas como si este pueblo fuera una prolongación de la Avenida de la Palmera e implicándose más en la vida sevillana –aunque también contemos que los Ybarra fueron grandes benefactores del pueblo o que don José Lamarque de Novoa, poeta y marido de la poetisa Antonia Díaz, se ocupara desde su Alquería del Pilar de crear un cenáculo literario de primer orden y de fomentar a la hermandad de la Virgen, así sin otro nombre- don Jesús de Grimarest, en cambio, se implicó tanto y tanto en la vida de la villa que a él debemos proyectos como el barrio de San Sebastián, hoy tan castizo y que consideramos antiguo –con sus límites históricos y geográficos desde luego-. Elevó también una plaza de toros y tuvo que ver, al parecer, con la ejecución del cementerio de San Sebastián, cabe la ermita del patrón –todos los mayores decían que lo era aunque ignoramos si se votó como tal-, protector de la peste junto con San Roque, venerado por cierto en la ermita de nuestra patrona, esta si más reconocida como es obvio, Señora Santa Ana. A su vez, destacó por ser gran amigo de don José Lamarque de Novoa, ya citado, y de don Francisco de Paula Baena de León Izquierdo, alcalde conservador de la villa, marido de doña María Adelaida Caro Lázaro, hermana del alcalde, este si liberal, y médico don Federico Caro Lázaro Además don Jesús fue persona enormemente limosnera y ello le costó perder parte de su gran fortuna. En cuanto a las residencias donde habitó, es tema suficientemente estudiado y por el que pasamos de puntillas. En resumen, don Jesús fue un gran prócer, alcalde y benefactor de esta villa en la que muchísimos de sus vecinos no destacaban precisamente por sus medios económicos. Los pobres de solemnidad de siglos pasados eran pobres en el XIX y en el XX aunque eso si en Dos Hermanas, afortunadamente, había mucho trabajo gracias a los almacenes de aceitunas, a las haciendas y cortijos tan numerosos o a la fábrica de yute. Ello dicho por resumir y mucho. Mas, en fin, lo que más nos interesa es su gran implicación en la vida del pueblo. Ello es acaso su mayor timbre de gloria.

Ahora bien, nos quedan dar más detalles de la familia, nombrar siquiera de pasada a Pepe Collantes, del que ya hablamos con gran veneración y respeto en estas páginas, a los demás hermanos, en este caso hermanas, y a un primo hermano del padre de la familia, el gran poeta sevillano Alejandro Collantes de Terán Delorme que también vivió entre nosotros. Desde luego, ello es tema de una segunda parte de la serie de artículos que consideramos que puede interesar a nuestros lectores.