El banderillero nazareno nos habla de su pasión por la tauromaquia y de sus proyectos
Manuel Fernández Ruíz: nazareno y banderillero. Estas serían las dos características con las que mejor se podría presentar a este joven, dedicado al mundo del toro desde pequeño y que ahora forma parte de la cuadrilla del novillero con picadores Rodrigo Molina, del espada Matías Tejela y del rejoneador Manuel Moreno.
¿A qué edad empiezas a acercarte a este mundo?
Desde muy pequeño. Me dicen que cogía manteles, servilletas, tenedores y ya jugaba “a ser torero”. Con cuatro años, mi padre me llevaba a la Escuela de Alcalá de Guadaíra a que viera lo que se hacía allí y más tarde, con once años, comencé a entrenar con el padre de Espartaco. A los 16 años toreé la primera vez, en La Algaba y a los 18, debuté con picadores.
¿Qué te lleva a ser banderillero?
Un cúmulo de circunstancias. En 2015 decidí dar este giro y para mí ha sido una decisión muy satisfactoria. Estoy en el mundo del toro, que es lo que me gusta, y sigo haciendo festejos. Es una alegría poder dedicarme a esto y sentirme valorado y remunerado.
¿Es diferente la preparación de un matador a un banderillero?
No, la preparación física y mental es la misma. Ponerte delante de un toro exige estar al 200%. Para ambos casos se necesita un enorme grado de concentración y eso sí, como banderillero hay que ser más eficaz que lucido a la par que transmitir confianza y seguridad al maestro. La cuadrilla debe conocerse y estar compenetrada. Hay que preparar bien al toro para que el torero triunfe. Si él triunfa, triunfamos todos y eso es muy gratificante.
Sea como fuere, es una profesión difícil, ¿verdad?
Es difícil hasta ser alguacilillo. Hay que ser bueno y tener suerte y aparte, estás ante un ser vivo… No es nada fácil.
Al ponerse ante un animal de esas características, ¿se pasa miedo?
Claro que se pasa miedo, muchísimo miedo y el que diga lo contrario, miente o tiene algún tipo de trastorno. Eres consciente de que te puede quitar la vida o hacerte una lesión irreversible; sin embargo, hay otros factores que pueden más y te animan a seguir adelante.
¿Hay en Dos Hermanas afición a los toros?
Sí que hay mucha y buena afición e interés por los toros. Hay mucho aficionado que a lo mejor no va a la plaza pero que sí le interesa y lo sigue por televisión, radio,…
Aunque también hay quien está en contra…
Es una minoría, gente de cierta ideología que ha querido politizar los toros y que no conoce la Historia. El toreo siempre ha sido del pueblo y de la gente del pueblo: hay datos. Eso sí, yo lo único que pido es respeto y, a veces, no existe ese respeto hacia los taurinos.
Tenemos una figura local, Antonio Nazaré, ¿qué nos puedes decir de él?
De este mundo yo te puedo decir que es mi hermano mayor. Tengo una gran amistad con él, dentro y fuera de la profesión y lo admiro muchísimo como torero y persona. Y es que es de admirar cómo se toma la profesión, es muy disciplinado: es muy buen torero. Y sí te digo que me gustaría formar parte de su cuadrilla.
¿Cuáles son tus aspiraciones dentro de este mundo?
Quiero seguir de banderillero y me gustaría llegar a torear en una cuadrilla de alguna figura del toreo, sería señal de que lo estoy haciendo bien. En estos momentos para mí el número 1 es El Juli y también Morante, Talavante,… Te digo estos o los que tienen que salir porque vendrán muchas más figuras en el mundo del toro.
Manuel está preparado para la temporada, que inicia en Sevilla el 28 de mayo. Hasta octubre, participará en diferentes festejos. Su ilusión, empeño y buen hacer por continuar en el arte de la tauromaquia son notables. Ahora debe seguir a por el sobresaliente en este arte de color y plata.
