La tercera vida de la obrera de la aceituna María Barbero 60 años después

0
María Barbero
Trinidad Gómez, en su casa de calle Alcoba, pintando el cuadro.

La pintora Trinidad Gómez supo, al ver esta foto de 1961, que quería hacer de ella un cuadro. Es su homenaje a los mujeres aceituneras

María Barbero Mata fue una obrera del almacén de D. Armando Soto. Entre sus tareas estaba la de rellenar con trocitos de pimientos las aceitunas, una vez deshuesadas. A veces, si había poca faena, su encargado la mandaba al patio a requerir bocoyes. Un día de 1961 (tendría María 25 años) pasó por allí Margarito (¿o sería “El Mudo”?) y le hizo la foto que acompaña a este artículo. María falleció a los 45 años, pero esa foto (conservada por su hermana Dolores) de alguna manera la inmortalizó, otorgándole una segunda vida. A través de ese instante congelado en el tiempo, ella sigue mirándonos, con su cautivadora sonrisa, su cuerpo de soslayo, la regadera en las manos. En 2014 la incluí en un libro de fotografías titulado “Dos Hermanas Ayer y Hoy”, libro que adquirió la pintora Trinidad Gómez Pérez, presidenta del Colectivo “Ventana Plástica”. Ha sido ella quien, a partir de la foto, ha pintado al óleo este magnífico cuadro de 92 x 65 centímetros que podremos admirar pronto en una exposición en La Almona. ¡Quién le hubiera dicho a María en 1961 que, seis décadas después, otra mujer le daría una tercera vida!

¿Por qué quisiste pintar esa foto y no otra, Trinidad?

Se nos ocurrió en la asamblea de Ventana Plástica hacer una exposición solo de temática nazarena. Cada pintor aportaría dos cuadros, uno de la Dos Hermanas de ayer y otro de la actual. Yo tengo varios óleos de Dos Hermanas, pero quería pintar algo de los almacenes. Me vienen recuerdos de la panadería de mi padre, la de Pilongo, en la calle Lope de Vega, cuando las obreras que iban a Villamarín entraban en tropel, desbordando alegría, para comprar pan y dulces. Quería hacer un homenaje a esas mujeres. Y cuando estaba en esa búsqueda, vi a María en tu libro y supe al instante que ese era el cuadro que quería pintar.

María Barbero
Fotografía de María Barbero, en 1961 y, bajo estas líneas, cuadro inspirado en la foto, pintado por Tirnidad Gómez.

María Barbero¿Ha sido complicado recrear en color una foto en blanco y negro?

He tenido que documentarme no solo para que los colores fueran lo más realistas posible; también para reflejar algunos detalles. Por ejemplo, he hablado con personas mayores para que me dijeran cuántos flejes tenían los bocoyes, ya que en la foto no se aprecia bien. Para el vestido y el delantal elegí colores suaves, ya que las aceituneras no solían vestir colores llamativos para ir a trabajar.

El cuadro está lleno de pequeños detalles. ¿Qué llevaba María en el bolsillo?

Parece que sobresale un pañuelo, o un trapo quizá. También hay que fijarse para ver al gato que hay a la derecha y a dos mujeres más al fondo del patio.

¿Cuánto tiempo le ha llevado?

Un mes. Entre septiembre y octubre.

¿Quién le enseñó a pintar?

Nadie. Yo siempre he sido panadera. Aprendí sola. Me quedaba embelesada viendo pintar al suegro de mi hermana. Observaba y leía. Tengo muchos libros sobre pintura. También estuve de alumna tres años en la Universidad Popular.

¿Todos los días pinta?

Sí, todos los días un poco. Para mí son momentos de gran satisfacción. Me pongo delante de mi caballete, pongo música de los años 70 (Barry White, Adamo…), y me pongo con mi paleta. Hace unos años, por el cuidado de familiares, no disponía de tanto tiempo como ahora.

Veo que en el listado de su obra artística hay 290 cuadros. ¿Qué hace con ellos?

Muchos los he vendido; sé que hay dos en Londres, por ejemplo. A mi hermana cuando se casó le regalé 25. Ahora en la pandemia pinto más, pero vendo menos.

¿Cuando podremos ver este cuadro y el resto de sus compañeros sobre temática nazarena?

Estaba previsto que la exposición, de unos 40 cuadros. se hubiera inaugurado el pasado 10 de diciembre en La Almona, pero la pandemia nos ha obligado a posponerla, seguramente hasta diciembre de 2021.