“El Rocío es la Virgen y por eso yo soy Rociera”. Esa fue una de las frases que, con más fuerza, pronunció la pregonera de la Romería del Rocío, Marta Sánchez Román, el pasado domingo, en el pregón anunciador de esta festividad.
Marta explicó cómo eran sus vivencias del camino, cómo lo vivía ella, rodeada de sus amigos y familia, y expuso sus momentos más reseñables de este peregrinar antes de llegar ante la Blanca Paloma.
El pregón tuvo un claro compromiso cristiano y aludió a la situación que vive la Iglesia actualmente, con ciertas crisis de Fe. En este sentido, matizó el sentido cristiano de esta festividad y que no puede ni debe perderse.
No se olvidó de hacer referencia a la efeméride que empieza a celebrar la hermandad nazarena: 75 aniversario del Simpecado.
También dedicó un capítulo especial a los rocieros que ya no están entre nosotros como Alonso López, Pepe Torres o Encarni Rubio, con los que ella compartió muchos momentos.
La parte más emotiva y diferente la pusieron los cantos de sus dos hijas, María y Carmen; el de su hermana Blanca; y el de otros amigos.
El pregón tuvo un claro fondo cristiano y comprometido. Fue sincero, como ella misma había anunciado días antes del mismo y reunió a un buen número de amigos y devotos.
Con este acto finalizaron los cultos en los que se les hizo un reconocimiento a los hermanos que han cumplido 50 años en la Corporación, juraron las Reglas los mayores de 14 años y se hizo admisión de nuevos hermanos. Hay que recordar que en este mes de abril se hizo un traslado extraordinario del Simpecado, con un rosario cantado por las calles aledañas a la parroquia de Santa María Magdalena, por el 75 aniversario del Simpecado y que congregó a un buen número de fieles.