Nicolás Barbero es un afamado y reconocido músico de nuestra ciudad
Hoy, en honor de todos los melómanos, voy a traer a estas páginas un músico de mucho prestigio de nuestro pueblo. Se trata de Nicolás Barbero Rivas, de apellidos por cierto nazarenos de pura cepa y de los antiguos del pueblo. Su familia venía del barrio de La Pólvora pero él se crió con su madre, María Barbero Rivas, y sus abuelos, Miguel Barbero Fernández y Valme Rivas Varela, en la calle Fernán Caballero, vulgo Las Morerillas. En ella, ha pasado la mayor parte de su vida y sigue siendo su calle a pesar de que ya no vive allí.
Estudió Educación General Básica en el Colegio de San Hermenegildo de los Terciarios Capuchinos de Nuestra Señora de los Dolores, vulgo Los Frailes, y Bachillerato y Curso de Orientación Universitaria en el Instituto Nuestra Señora de Valme. Acudía por las tardes al instituto para ir por la mañana al Conservatorio.
Él confiesa que su contacto con la música viene de muy pequeño pues, siendo un niño, se quedaba embobado viendo los conciertos por la televisión.
Al parecer, su primera experiencia con la música fue a los seis meses, escuchando la banda que acompañaba a la patrona Santa Ana. Sus padres se dieron cuenta de que estaba nervioso y empezó a hacer pucheros. Evidentemente, estaba emocionado con la música que oía. Poco después, con poco más de un año, en una flecha clave como el Domingo de Ramos su madre se dio cuenta que tenía aptitudes para la música, cuando al paso de la Borriquita se puso a redoblar en el capó de un coche, mientras tocaba la Banda de la Estrella, que era conocida por la Banda de los Niños.
Desde ese momento, se llevaba todo el día dando la lata con un tambor de juguete que le compraron. Luego su abuelo le compró un tambor en Sevilla de los de verdad, de metal. Pesaba tanto que le ponían un paño de cocina en el hombro para que no le hiciera daño.
Con el tambor pasó media infancia. Desde los seis años tocaba en la Cruz de Mayo de Rafael López Márquez, Fae, hoy flamante profesor de Lengua y Literatura. Iba vestido de policía de Canadá. También tocaba en el coro de campanilleros de su colegio de Los Frailes. El año 1986 este coro ganó un concurso en el Cine Rocío. También tocaba en la centuria de romanos de la Amargura de la que lamenta su desaparición por ser una formación muy auténtica.
En el año 1987, comenzó sus estudios de violín y piano gracias a Fernando Plaza Sánchez, compañero de trabajo de su madre que le dio a conocer la existencia de una aula de música en el pueblo, actual Conservatorio elemental Andrés Segovia.
Hablando ya de sus estudios, hay que decir que empezó, como he dicho, estudios de violín y piano en Sevilla. Después siguió en el Conservatorio Manuel Castillo de Sevilla obteniendo los títulos de Profesor Superior de Piano, Dirección y Composición, que equivalen cada uno a una licenciatura. Completa su formación estudiando en Madrid el Máster de Enseñanzas Artísticas en Dirección Sinfónica, Instrumental y Vocal del Centro Superior Katarina Gurska y el Máster de Gestión y Emprendimiento Cultural de la UNIR.
Hoy, trabaja de pianista acompañante en el Conservatorio Superior de Danza Antonio Ruiz de Soler de Sevilla que compatibiliza, de forma totalmente desinteresada con la dirección musical de la Asociación Coral Regina Coeli de nuestra ciudad y la recientemente formada Orquesta de Cámara Al-Madain, igualmente de nuestro pueblo, de la que es fundador. Hay que decir que el Conservatorio de Danza está en el Pabellón de Argentina, que luego pasó a Instituto Murillo.
Nota
Los martinitos de la redacción hicieron que no pusiéramos que la presentadora del pregón de Reyes Magos del año 2017 de Manuel Pérez Muñoz que dio el 26 de diciembre del 2016 fue su hija Estrella Pérez Laguna. También en su pregón del Rocío del 22 de abril del 2007 dije que en los labios de la Virgen Manuel puso a su tía Consuelo cuando lo que en verdad puso es a su esposa Consuelo Laguna Montero.