Hoy y mañana, Pablo Carbonell presenta su espectáculo ‘El mundo de la tarántula’ en el Teatro Municipal Juan Rodríguez Romero.
El artista responde a nuestras preguntas:
¿Por qué decide hacer un espectáculo basándose en su libro que lleva este nombre?
Un día pensé que la gente podía estar harta, o yo mismo estar hasta el moño de mis propios disfraces, de andar demostrando cómo podía hacer tal cosa o tal otra, que había llegado el momento de dar un paso adelante, mostrar cómo es el tipo que va pegado a mí las 24 horas y ya de paso contar cómo era este país en los últimos cuarenta años y cómo fueron las personas que me ayudaron, las cosas interesantes que me contaron. En ese sentido la obra es recuperar voces que en algunos casos ya han desaparecido. Hay algo de homenaje, pero nostalgia poca. Todo es en presente.
¿Le ha resultado complicado o por el contrario ha sido fácil?
Cuando empecé mis memorias no sabía que las iba a titular “El mundo de la tarántula”. En ellas hay un poco de todo, pero a la hora de decidir qué pondría en la función decidí colocar las cosas que tienen una lectura artística, que nos enseñan cuáles son los mimbres con los que se construye una carrera artística. En ese sentido es teatro y es tramoya, y es manual. Es útil porque interpretar es un arte que hacemos todos, algunos para pedir una baja en el médico o venderte una moto y otros, además, lo hemos convertido en nuestra profesión.
Pablo Carbonell ha sido cantante, presentador, actor, escritor,… ¿qué faceta destacaría en su vida?
Lo he pasado de muchas maneras en mi profesión, pero quizás mi momento de mayor felicidad fue dirigiendo la película ‘Atún y chocolate’. En esta vida disfrutar de la libertad creativa es la máxima aspiración y creo que ahí fui plenamente libre. Escribir y pintar también me dan alas.
¿Le queda algo que le gustaría hacer y aún no ha hecho?
Me gustaría recuperar la capacidad de jugar, a veces la pierdo y me siento muy desgraciado en esos momentos.
¿Qué va a encontrar el público en este show?
Pues va a ver una obra de teatro, no un monólogo. Me va a ver conversando con mucha gente en escena. Va a ver que las cosas que me pasaron, o descubrí escribiendo el libro, me vuelven a pasar o las descubro de nuevo. Eso quizás ha sido lo más complicado durante la puesta en escena: escapar del tono conferenciante, que el público reciba la información porque me ve a través del ojo de una cerradura. El mérito lo tengo que compartir con José Troncoso, mi director, que además de trabajador ha sido un excelente compañero.
¿Qué tienen en común una tarántula y Pablo Carbonell?
La única vez que me he sentido araña fue un día que me comí un saltamontes, de verdad te digo que sentí que me salían seis ojos más en la cara. Por cierto, en México hay un dicho para referirse a los locos: “A esos les picó la araña”.
Las entradas se pueden adquirir, al precio de 12 euros, en la taquilla del Teatro, de 9.00 a 13.00 horas y de 17.00 a 20.00 horas, o también en la página www.doshermanas.es