Trabajó 35 años en la Hacienda ‘Molinos de Maestre’. Pocos saben tanto de campo como él. Hoy, ya jubilado, echa una mirada hacia atrás
Antonio Fernández Molinillo, “Parra” para todos, me ha puesto en la mesa un plato de gordales que él mismo ha recogido y aliñado. Trabajó durante 20 años como manijero y después 15 más como capataz en la Hacienda Los Molinos de Maestre (por detrás de Las Portadas). Pocos saben más que él del mundo del olivar. Hoy, a sus 77 años, ya jubilado, no hay un día en que no se de una vuelta por el campo. Para él, es como el aire para los pulmones.
Lo contrataron en Maestre en 1975, con 32 años, pero para que le den a uno el puesto de manijero hay que saber mucho de campo, ¿no?
Yo he respirado el campo desde pequeñito. Mi padre, Rafael Fernández Parra, sembraba todos los años en Los Cantozales sandías, melones y tomates. Nos íbamos allí los ocho hermanos tres o cuatro meses. Recuerdo que todos los días comíamos tomate.
¿Qué diferencia hay entre el manijero y el capataz de una hacienda?
El manijero es el encargado de mover al personal, de hacerse responsable de las talas, la siembra, el verdeo… todas las faenas agrícolas de la hacienda. El capataz es un grado más: lleva la contabilidad, es el que interviene con el dueño. El capataz tenía mucha autoridad.
Habla en pasado. ¿Ese mundo ya se ha perdido?
Es una pena, pero sí, el campo nazareno está abandonado. Dos Hermanas comía de lo que tenía, venía gente de fuera a trabajar. Estos mandatos lo han destrozado, se han cargado la industria aceitunera. Conozco bien el término de Dos Hermanas y me da vergüenza cómo está el campo ahora. En Maestre, por ejemplo, van a dejar de trabajar las aceitunas. ¡Ahora van a sembrar zanahorias!
He conversado con mucha gente y me dicen que nadie sabe más de olivos que usted.
Hay capataces que se han muerto de viejo y no se han enterao. En España quedan pocos expertos en injerto como yo. He injertado más de 4.000 olivos. He pasado unos 3.000 manzanillos a gordal, ya que el gordal no coge en tierra. Es una planta híbrida y toda planta híbrida no sirve para madre.
¿Cuál es el mejor olivo para trabajarlo?
El que da mejor aceituna es el manzanillo, pero el mejor aceite sale del zorzaleño. Ese es el mejor olivo. Porque un manzanillo, un hojiblanco o un cañivano tiene 6 u 8 raíces. Pero el zorzaleño tiene el doble, por tanto dispone de más savia y termina la campaña mejor de reservas.
¿Dónde se produce la mejor aceituna?
Sin duda la mejor aceituna es la de Dos Hermanas, y sé de lo que te hablo.También la hay buena en Utrera y Arahal. Pero la gente más sabia y con mejores trabajadores del olivo ha sido la gente de Dos Hermanas. Aquí está la escuela del olivo. Tú dame una hectárea de un olivar de Jaén y en seis años le doblo la producción.
¿Alguna vez han intentado engañarlo en asuntos agrícolas?
Claro, pero no han podido. Una vez, muy jovencito (antes de ser capataz) me mandaron a una finca de Gerena (“La Pisana”) a por un camión de garrotes. Cuando los vi, le dije al capataz: “No me llevo ni uno. Son rodrigones”. Eran manzanillos de mala calidad, sin yema; eso no se puede poner en un hoyo. Aquel capataz entendió que, a pesar de mi juventud, no me podía engañar, y me llevó a otra parte de la finca donde estaban los buenos, los garrotes de 60 cm. que sí se pueden plantar directamente. Y esos fueron los que me traje. En el campo te mueres de viejo y no aprendes. Pero te tiene que gustar.
Me acaba usted de regalar lo que a simple vista es una rama con cortes, pero es mucho más, ¿no?
¡Y tanto! Esto es una taja. Es una rama de higuera que sirve para llevar la contabilidad en el verdeo. Se corta longitudinalmente y el tajaor se queda con la hembra y el trabajador con el macho. Cuando llevas cogida media fanega (es decir, una canasta de aceitunas con 25 kilos), llevas tu taja macho, se hace coincidir con la hembra del tajaor y este le hace una muesca que coge las dos partes. Dos muescas hacen como una mordidita que significa una fanega. Hay distintos tipos de cortes que resumen cuántos kilos ha cogido un trabajador. Para cobrar hay que llevar el macho y hacerlo coincidir con la otra parte. Antiguamente la taja se daba en las tiendas para llevarse fiao. Dejabas la hembra de la taja en la panadería y te fiaban porque sabían que era una garantía de que ibas a cobrar.
Es un privilegio charlar con una persona sabia como Antonio. Me habla también de la esquina del Tío Torres (actual esquina del Paquino) y la de “Los Esclavos” (esquina Pachico con Cristo de Vera Cruz), lugares donde los manijeros antiguos iban a contratar jornaleros. Pero eso lo contaremos otro día…