Un proyecto de vida cristiana: la parroquia del Divino Salvador

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Divino Salvador

La feligresía que aglutina la parroquia del Divino Salvador contiene algunos de los barrios más humildes de la ciudad

Ha sido Dos Hermanas una ciudad donde las gentes del pueblo llano, el ‘popolino’, como le llamarían en Roma, y que eran y son tan numerosas, ha convivido siempre con las gentes de clase alta, más bien pocas, y las gentes de medio paño, que formaban un abigarrado núcleo, en todo el pueblo muchas veces -no sé si las más- en amor y compaña y otras veces enfrentadas.

De todas formas, no descubro nada nuevo si afirmo que las parentelas entre las familias más encopetadas y las familias de medio paño y más humildes eran muy pero que muy cercanas. Con esto quiero decir que hoy, que voy a hablar de una feligresía que comprende uno de los sectores más humildes de nuestra ciudad, es como si me refiriera al Centro.

En efecto, hoy voy a tratar sobre la parroquia del Divino Salvador. Y mientras que, en Sevilla, el Divino Salvador es una magnífica Iglesia Ex-colegial que ha tenido de feligresía el Centro Comercial de la ciudad y los ricos comerciantes -aunque también por Sierpes había casas de vecinos- en Dos Hermanas el Divino Salvador es una feligresía más obrera y, sobre todo, destaca por tener un barrio muy humilde, el Cerro Blanco.

De todas formas, de la pobreza de las canonjías del Divino Salvador de Sevilla se hacía eco el siguiente decir al que se une una referencia a la Ex-colegial de Santa María de las Nieves de Olivares: ‘Canónigo del Salvador y abad de Olivares, todo es aire’.

Mas, volviendo a Dos Hermanas, diremos que la ciudad tiene hoy, lo que llamarían los castizos, doce collaciones: Santa María Magdalena, Ave María y San Luis, Divino Salvador, Nuestra Señora de la Oliva, San José, Nuestra Señora de los Ángeles y San José de Calasanz, Nuestra Señora del Amparo y San Fernando, Nuestra Señora del Rocío, Nuestra Señora de Valme y Beato Marcelo Spínola, Nuestro Padre Jesús de la Pasión, San Juan Pablo II y la cuasi parroquia de Santa María de Fuente del Rey. Cada una tiene sus peculiaridades, su tipo de vecinos, sus asociaciones, sus hermandades, las ha servido un clero diferente que ha dejado en ellas su sello, son obras de distinta construcción, etc.

Pero, de la que hoy hablo, destaca sobre todo por la sencillez y humildad de su bello templo, muy propia del Portal de Belén, aunque, por el contrario, reside en la feligresía una de las hermandades más esplendorosas de la ciudad, la de la Virgen de la Amargura, devoción insigne que aglutina a muchos barrios de nuestra querida Dos Hermanas. Más, diré que la Parroquia fue erigida canónicamente por decreto del entonces arzobispo de Sevilla, el cardenal Fray Carlos Amigo Vallejo, de la Orden de los Hermanos Menores en su rama de los Observantes, es decir, franciscano observante -felizmente entre nosotros- el 8 de diciembre de 1998 e inaugurada y bendecida por el mismo excelentísimo señor el 19 de diciembre de 1999. Recibieron el nombramiento para el servicio pastoral en ella, el sacerdote marchenero don José Joaquín Castellón Martín -muy volcado en los pobres y excelente comentador de la palabra de Dios- y el diácono don Manuel Álvarez Álvarez, el último de los cuales ha seguido hasta nuestros días. Posteriormente, han ejercido la cura de almas en la parroquia el sacerdote sevillano don Miguel Ángel Collado Correa -que ha atendido durante unos años la feligresía y sus vecinos tanto los más necesitados como los que menos- y el actual también sevillano don Francisco de Asís Bustamante Sainz, que se ha volcado, dicho sea de paso, aparte de en los pobres y menos pobres de su parroquia, en la atención espiritual de las cofradías de la ciudad de dentro -la Amargura- y fuera de su feligresía, entre ellas la de la Santa Vera-Cruz, la más antigua entre las penitenciales, por lo cual esta singular confraternidad le está muy agradecida.

El territorio de la parroquia, se desgajó del de la Parroquia del Ave María y San Luis, que debe llamarse Gonzaga para distinguirlos de otros Santos de nombre Luis como San Luis Beltrán o San Luis Rey de Francia. Comprende los barrios de El Cerro Blanco, El Chaparral, la Costa del Sol e Ibarburu, aparte de un grupo de haciendas de campo. Atiende a cinco mil almas aproximadamente entre las almas de comunión y los niños. Es sintomático, que un porcentaje muy elevado es de etnia gitana. Como es sabido, los gitanos, y más los nazarenos, tienen unas características especiales que les hacen ser un pueblo único y merecedores de una atención especial por parte de la Iglesia Católica. Frente a muchos gitanos sevillanos, utreranos, lebrijanos o jerezanos perfectamente integrados -en parte por el sistema de cofradías- existen muchos no integrados, siendo un problema los de Dos Hermanas, en donde no hay demasiadas familias integradas -aunque también las haya- que urge una solución, en cuya tarea está embarcado en nuestra ciudad tanto el ayuntamiento como entidades religiosas entre las que descuella esta parroquia y las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl que, desde su colegio los atienden en la medida de sus posibilidades. Recuerdo, por cierto, los tiempos heroicos en que acudían al Cerro Blanco Sor Fátima y Sor Carmen, pero ello merece otro artículo y no este leve trabajo.

Debo, pues, seguir y, como bien dicen en la parroquia, El Cerro Blanco es una de las barriadas más pobres y marginadas de Dos Hermanas. En ella, es muy grave el absentismo escolar. Muchos muchachos son analfabetos totales y los adultos lo son en su inmensa mayoría. Pocos cursan los estudios de secundaria. Todos los niños gitanos acuden al colegio Ibarburu alcanzándose en este un 95 % de alumnos de raza gitana.

Por mucho que haga el ayuntamiento procurando trabajo para los desfavorecidos, hacen falta más manos y una labor de conjunto entre las instituciones de todo tipo, entre la que ocupa lugar principalísimo, como debe de ser, la Iglesia. En la parroquia, se opina que el círculo vicioso de la pobreza, la crisis de valores y el abandono en suma está enroscado férreamente en El Cerro Blanco. La parroquia reacciona, ante esta difícil situación, con el ‘Programa Ángeles’ de apoyo escolar y educativo para niños y niñas, que se desarrolla hoy en día en los locales parroquiales y que pretende dar a los niños una posibilidad de construir su vida desde lo mejor y más válido que existe en sus familias, su ambiente y su barrio. En la parroquia, los objetivos de Atención Pastoral a corto plazo pretenden la presencia de la Iglesia en los cuatro barrios: Costa del Sol, Cerro Blanco, Chaparral e Ibarburu, los cuatro muy populares y cada vez más castizos y a su vez enormemente populosos.

A su vez se lucha por fomentar el contacto humano y la creación de lazos de vecindad. Seguiría promover la catequesis de iniciación cristiana, tan fundamental en la vida de un fiel hijo de la Iglesia, que no otra cosa es un feligrés. Luego, vendría la gestación de grupos de adultos que constituyeran la comunidad parroquial en torno al anuncio de la palabra de Dios, catequización y evangelización. Seguiría la celebración gozosa de la Fe, la Eucaristía como Sacramento de Amor y los demás sacramentos. Como punto también muy importante, se encontraría la Diakonía y la promoción caritativo-social (Cáritas). Recuerdo que la parroquia tiene presbítero y diácono, el cual ha servido con amor y dedicación a la parroquia desde sus inicios, aparte de atender otros ministerios como el servicio en el Tanatorio Municipal del Cementerio de San Pedro. Además, a medio plazo, se pretende consolidar la comunidad parroquial en torno a la reconducción de los recursos humanos a las diversas actividades pastorales, incluidas las personas que acuden a la celebración de los sacramentos “sociales”, que de todos son sabidos y que para muchos, junto con las hermandades son su lazo con la Iglesia. A la vez, se potenciarían y consolidarían los grupos de servicio y formación de adultos y jóvenes. También habría que hablar de las instalaciones del templo.

El complejo parroquial se extiende en 2.000 metros cuadrados que se usa para actividades lúdicas y recreativas y además para jardinería y aparcamientos. Posee un salón de usos múltiples hoy usado como templo parroquial, capilla del Santísimo Sacramento, secretaría, oficina y almacén de Cáritas, tres aulas para reuniones y catequesis, sacristía y lavabos. También tengo que repetir que, en la feligresía, en su Capilla propia, esta erigida la Ilustre y Fervorosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús Descendido de la Cruz y Nuestra Madre y Señora de la Amargura y Santa Ángela de la Cruz, popularísima cofradía que rinde culto a un bellísimo Cristo, obra cumbre de la imaginería barroca contemporánea y a una hermosa talla de la Virgen, que es Reina de esta feligresía y que, aparte de salir el Viernes Santo, sale en vía-crucis cuaresmal y en traslado en septiembre al templo parroquial. También la parroquia saca una procesión del Santísimo Sacramento en la víspera del Corpus Christi que destaca por su esplendor. Aunque antes salía bajo palio, muy humildemente, en este año de 2019 ha salido en unas andas. No menos se merece el Señor de los Cielos. Hay que añadir que en el templo se venera a la Virgen del Divino Salvador, a San Óscar Romero, el asesinado arzobispo de San Salvador, y al Beato Ceferino Giménez Malla, ‘El Pelé’ martirizado en la Guerra Civil, gitano y patrón de los de esta etnia. Por último, me gustaría referirme a la existencia en esta feligresía de los hermanos separados estando fuertemente implantados la Iglesia Evangélica de Filadelfia, popularmente conocidos por los Aleluyas con fuerte presencia entre la población gitana y la Iglesia Evangélica Renacer que posee un magnífico templo en Cantaelgallo.

Y acabo ya este pequeño artículo sobre esta sencilla parroquia, humilde en cuanto a templo pero grande en cuanto a su labor social con los favoritos del Cordero Inmaculado, los humildes y los pobres que siempre estarán con nosotros.