Crónica de las procesiones veraniegas en Dos Hermanas

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procesiones veraniegas

Destacó, como siempre, la procesión de nuestra Patrona Señora de Santa Ana

No es mi género preferido la crónica. Prefiero escribir biografías o artículos de Historia del Arte o, simplemente, de Historia de lo que sea, como lo mucho que he escrito en mi último libro sobre los comercios y otros negocios de nuestra ciudad. Pero, por otra parte, considero que, las crónicas, son un testimonio de primera mano sobre lo acontecido en el pueblo y que pueden servir para que las generaciones futuras sepan cómo ocurrían los acontecimientos en la Dos Hermanas del pasado. Por ello, las escribo expresando fielmente lo que sucedió y también dando, dado el caso, mi opinión sobre el asunto.

Y, hoy, voy a hablar de las procesiones veraniegas en Dos Hermanas, en un año preñado de acontecimientos, tanto por el cincuentenario de la Coronación de nuestra celestial Protectora, Santa María de Valme, como por los quinientos años de las reglas de la cofradía de nuestra Patrona, Santa Ana. Todavía quedan sucesos por venir referidos a estas dos advocaciones, de los que daré cumplida cuenta una vez que pasen.

Mas, hoy, ya lo he dicho, trataré sobre las  procesiones veraniegas. La primera es la de la Virgen del Carmen, que salió en su festividad el 16 de julio. No es ningún secreto que, después de la Virgen de Valme, la advocación mariana que recibe mayor culto en la ciudad es, precisamente, ésta, centrada sobre todo en la imagen que recibe ferviente culto en Santa María Magdalena aunque existen otras efigies en la ciudad con esta advocación, como la que se venera en la Parroquia de Nuestro Padre Jesús de la Pasión de la barriada, auténtica ciudad-jardín, de Las Portadas.

Precedió a la procesión carmelitana un solemne Triduo los días 12, 13 y 14 de julio que presidió el cura párroco de Santa María Magdalena, don Manuel Sánchez de Heredia. A este solemne Triduo, acudió un devoto público. El día 15 fue el besamanos de la venerada imagen. El 16 se celebró la misa de ocho y luego tuvo lugar la procesión por la Plaza de la Constitución –los Jardines-, Santa María Magdalena, Plaza de Menéndez y Pelayo –la Plazoleta-, Antonia Díaz, Manuel de Falla –Pinar-, Romera, Plaza del Emigrante, Plaza de la Mina, Purísima Concepción, Real Utrera y recogida. Pasó ante el monumento de la Virgen de Valme en La Plazoleta y visitó la Capilla patronal de Santa Ana. 

Contempló la procesión numerosísima gente, yendo todo el camino muy acompañada de público, como corresponde a una de las grandes devociones de la ciudad. Portaban las andas a hombros mujeres que iban con mucha alegría y mucho brío. Se oyó jalear a muchos devotos que gritaban vivas a tan celestial Señora. El recorrido se hizo corto pues la Virgen no paraba. Acompañaba a la imagen la Banda de Cornetas y Tambores Entre Azahares que, generosamente, se presta a hacerlo todos los años. 

En fin, fue una solemne, aunque sencilla, procesión en que de nuevo se mostró el fervor y el amor de Dos Hermanas hacia la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, patrona que es de su Orden y protectora de los navegantes.

Pero, debo pasar a los actos, cultos y procesión de nuestra patrona Santa Ana. El lunes 10 de julio, el Grupo Joven de la hermandad patronal entregó ocho granadas de plata a personas significativas. No puedo hablar mucho en este artículo y sólo citaré que se le entregaron al alcalde don Francisco Rodríguez García, a la Virgen de Valme –que recogió su hermano mayor Hugo Santos Gil-, al historiador Jesús Barbero Rodríguez –autor de dos libros sobre Santa Ana-, a Fran Ricardo, redactor jefe de La Semana, a la Agrupación Musical Nuestra Señora de la Estrella –que recogió su presidente Ángel Ramírez Chaves-, a Salvador Conesa Riquelme por su labor caritativa, a la oficial de junta –alcaldesa de orden- María del Carmen Díaz Mejías  y a Jaime Alanís Fernández, también oficial de la confraternidad, concretamente diputado de juventud. 

Por otra parte, hay que añadir que la orla del pergamino del V Centenario es obra de Isidoro Villalba Corzo.

Los días 19 y 20 la Imagen fue expuesta en veneración. El viernes 21 la Santa fue trasladada a Santa María Magdalena con el acompañamiento de la Banda de Música de Santa Ana. Del 23 al 25 se celebró en la iglesia mayor solemne Triduo a la Santa, que predicó don Manuel Chaparro Vera, párroco de Nuestra Señora del Amparo y San Fernando, que estuvo muy persuasivo y emotivo recordando en una de sus predicaciones la figura de su abuela, que tanto contribuyó a su formación. Los días del Triduo, músicos de la Agrupación Musical Nuestra Señora de la Estrella interpretaron los gozos de Santa Ana desde la torre de Santa María Magdalena. El 26 fue la función principal a las 10.30 de la mañana. La presidió el párroco de Santa María Magdalena, don Manuel Sánchez de Heredia. A las 20.30 horas salió la Imagen por las calles de Dos Hermanas, que aparecían profusamente adornadas.  Recorrió las siguientes vías: Plaza de la Constitución –Jardines-, Santa María Magdalena, Canónigo, Cervantes, Melliza, Lope de Vega, Alcoba, Plaza del Arenal, Nuestra Señora de Valme –Real Sevilla- y Plaza de la Constitución. A destacar su paso por la calle Alcoba y la Casa Hermandad del Rocío. 

La Santa vestía manto azul bordado y se adornaba con sus ya tradicionales gladiolos blancos que se colocaban en las esquinas y en frisos. El acompañamiento musical corrió a cargo de la Banda de Cornetas y Tambores de la Presentación al Pueblo en la cruz de guía y de la Banda de Música de Dos Hermanas detrás del paso. Lo que más quiero destacar es el numerosísimo público que contempló en todas las calles la solemnísima procesión. Ello es muestra de cómo aumenta cada vez la devoción a nuestra Patrona Santa Ana. Como debe de ser. En el corazón de los nazarenos hay espacio para muchas advocaciones. 

El día 27 fue trasladada Santa Ana a su Capilla, donde recibe durante el año el amor de los nazarenos.

Por último, hablaré de los cultos y procesión de la Asunción a los Cielos de Vera-Cruz. Primeramente, se celebró el Triduo a la Imagen los días 12, 13 y 14 de agosto a las 9 de la tarde, que predicó el vicario parroquial de Santa María Magdalena don Maguhnon Romuald Eleuthere Hounkpe Sagbo. El día 15 de agosto, se rezó el Ángelus a las 12 de la mañana y, por la tarde, a las 8 tuvo lugar solemnísima función en la que ocupó la sagrada cátedra don Francisco José López Martínez, párroco del Ave María y San Luis. Cantaron Francisco Javier Mena Hervás y Juana Díaz Anquela tocando Nicolás Barbero Rivas. 

Y salió la procesión, acompañada la Imagen por la Banda del Maestro Tejera. Al llegar a la calle Pérez Galdós se le cantaron unas sevillanas a la entrada y la Virgen recibió una lluvia de pétalos. Paró en la casa del hermano recientemente fallecido Manuel Mena Sousa, cuyo hijo Francisco Javier, ya citado, ha sido y es uno  de los grandes impulsores de la devoción a María en su Asunción a los cielos en Dos Hermanas.  Recorrió la procesión las calles Churruca, San Sebastián, Portugal, Avenida de Andalucía, Manuel de Falla –Pinar-, Romera, plaza del Emigrante, Jesús del Gran Poder, Pérez Galdós, Pereda, Tarancón, Goyeneta –la Mosca-, San Sebastián, Mena Martínez y entrada. 

La procesión estuvo muy concurrida y es notorio, que aún celebrándose en plena canícula, es uno de los desfiles procesionales letíficos que más contemplan los nazarenos. 

Por último, me gustaría decir que la Virgen se ataviaba con su saya blanca bordada y manto azul. En el pecherín llevaba una tela de gasa bordada en metálico y una gasa en beige oro. Llevaba también mantilla de Chantilly y encima una toca de malla con apliques metálicos. Portaba también  todas las joyas que las cofradías nazarenas le habían regalado en el 475 aniversario de la cofradía y destacaba la de Santa Ana, una cruz con el anagrama de Ana. Igualmente, llevaba la medalla conmemorativa del 50 aniversario de la coronación de Valme. A su vez, portaba sus joyas buenas, singularmente los pendientes. El paso se adornaba con rosas, astromelias y alhelíes, estando entonado en  tonos pasteles, más propiamente rosa claro. También se celebró, como es costumbre, una velaíta en honor de la Reina Gloriosa del barrio de San Sebastián. 

Y así acabo esta corta crónica que espero ayude a los nazarenos a recordar sus procesiones del estío.