Puerto de Béjar y Dos Hermanas tienen muchas cosas en común lo que, por cierto, no sugiere la distancia
He escrito a lo largo de mi carrera como historiador de muchísimas poblaciones acercándome a numerosos temas como la Geografía, la Política, la Antropología, la Religiosidad, etc. etc. Y, desde cualquier punto de vista, El Nazareno es un foro privilegiado para escribir de ello por tratarse Dos Hermanas, y cada vez más, de un crisol de razas y culturas cada vez más pluricultural valga la redundancia. Para mi, aunque es válido y laudable sentirse orgulloso de pertenecer a una familia antigua del pueblo pues normalmente las familias antiguas, por razones obvias en las que no hay que entrar, conservan con mayor pureza las tradiciones, considero lógico también sentirse orgulloso por pertenecer a una familia de origen foráneo. Incluso el exotismo de proceder de un lugar distinto a Dos Hermanas me parece un hecho muy interesante. A mi, por ejemplo me parece muy bonito ser originario de lugares tan bellos –bellos con arrogancia diría yo- como Alcalá de Guadaira, Carmona, Écija, Lebrija, Marchena, Montoro, Osuna, Sevilla por supuesto, Utrera, etc. etc. y tantas y tantas agrovillas hoy reconvertidas y cada vez más industrializadas o volcadas al turismo.
Pero, en fin, el número de poblaciones vinculadas a Dos Hermanas porque sus hijos han venido a vivir entre nosotros es enorme pero verdaderamente enorme. Y se me viene a la cabeza por ejemplo un pueblo como El Saucejo, cuya colonia en Dos Hermanas es muy numerosa u otro del que ya he hablado en estas páginas por su relación con Dos Hermanas como es Espera. Es muy llamativo como, en ellos, se palpa el amor a Dos Hermanas que ha dado cobijo a tantos emigrantes. Sus vecinos, que han venido a vivir entre nosotros, muestran su agradecimiento a esta su segunda patria sin dejar de estar anclados en su patria chica.
Mas, en este artículo, quiero ahondar de nuevo en la relación y en las similitudes que son muchas entre nuestra Dos Hermanas y una pequeña localidad –no tan pequeña para el tamaño de los pueblos de la provincia de Salamanca- salmantina que es Puerto de Béjar. De ella es oriunda mi familia paterna y de los pueblos vecinos son oriundos algunas familias más. Y lo más notorio es que estas pocas familias se las han aviado para ocupar un lugar sin duda notable en la vida de Dos Hermanas. De esto no cabe la menor duda y lo veremos a lo largo de estos dos artículos.
Un análisis histórico detallado de lo siglos XIX y XX, tanto de Dos Hermanas como de Puerto de Béjar, nos muestra el número tan grande de prohombres, muchos de ellos destacados en el sector económico, que llenan la historia de nuestro pueblo. Las páginas de la historia nazarena nos traen personas como Francisco Gómez Rivas y su hijo José Gómez Martín, ricos labradores de la familia de los ‘Culebras’, sus parientes los almacenistas y también labradores Juan Manuel Gómez Claro y José Gómez Claro, apodado éste ‘Chamorro’ que tenían sus almacenes respectivamente en el Llano en la antigua hacienda de la Mina Chica y en la Venta de las Palmas, en un, por cierto, imponente edificio. Otros prohombres importantes fueron, por ejemplo, los médicos como el alcalde liberal Federico Caro Lázaro, Manuel Calvo Leal, el también alcalde Manuel Andrés Traver o el aristócrata Jesús de Grimarest y Villasis que tanto se entregó por Dos Hermanas, llegando a ser igualmente alcalde de la villa. Pero no quiero fijarme en tantos y tantos prohombres que se han sucedido en la historia de Dos Hermanas, algunos de los cuales han sido controvertidos y que han sido tomados por muchos como simples capitalistas y explotadores del pueblo. Las cosas desde luego no son tan fáciles.
Por otra parte, la abundantísima bibliografía que llena actualmente los anaqueles de Dos Hermanas, obliga a que me fije tan sólo en los empresarios de Puerto de Béjar que invirtieron en Dos Hermanas y destacaron en la vida económica de nuestro pueblo, por supuesto, después de haber invertido en este enclave salmantino famoso por su actividad económica.
Y la figura clave, el puente, entre Dos Hermanas y Puerto de Béjar es Eusebio González Martín, un gran industrial que montó un gran imperio económico entre varias poblaciones siendo uno de los mayores industriales de Dos Hermanas. Muchos, todavía recuerdan haber trabajado en su almacén de maderas y tonelería y su corresponsalía de la Avenida de Andalucía de la Carretera, que sucedió al de la calle Isaac Peral, la popular Cuesta de los Marchaos ó en su tienda de electrodomésticos de la calle Real Sevilla. Pero Eusebio González también tenía negocios en Guadalupe, en Trujillo, en un poblado que había creado llamado Almansa –que luego desapareció-, en Aldeanueva del Camino -todas ellas poblaciones de Cáceres-, en la misma Madrid y, por supuesto, en Puerto de Béjar donde tenía almacenes de madera y tonelería. En otros artículos, que ya me parecen que tienen en sabor de lo añejo he escrito sobre su familia largo y tendido. No me voy a repetir. Sólo diré que su padre Pablo González Martín era jornalero y que, al morir, dejó a su madre en mala situación. Tía Eulogia Martín Obejero, que tenía que ser mujer de gran temple regentó una tiendecita y con su trabajo, la ayuda de Eusebio, y otras pequeñas ayudas, como la de mi tío bisabuelo Julián Martín Seoane, que la apreciaba mucho, logró seguir adelante. Lo cierto es que Eusebio que era evidentemente un lumbrera, un superdotado diríamos en estos tiempos, logró montar un imperio industrial. También contrajo un matrimonio con una rica heredera Modesta Rodríguez Morcón, hija del mayor contribuyente de la provincia de Ávila, residente en el palacio del infante don Luis de Borbón y Farnesio -hermano de Carlos III, hijo de Felipe V y de Isabel de Farnesio, y esposo de María Teresa de Vallabriga y Rozas-. El padre de Modesta casó por cierto con una vecina de Puerto, Patrocinio Miña, prima segunda de mi abuelo Germán Calderón Miña.
Pero quisiera citar méritos de Eusebio González que no haya dicho nunca. En primer lugar diré que ha sido muy reconocido en Guadalupe donde fue reconocido vocal honorario de la Virgen de Guadalupe la cual tiene una corte de caballeros entre la que se encontraba también mi tío Martín Calderón Martín, también natural de Puerto de Béjar.
En Guadalupe también se le ha dedicado un monumento. Siempre se ha tenido en cuenta en la capital religiosa de Extremadura que Eusebio González fue una gran persona, recibiendo el reconocimiento de los vecinos.
Gracias también a su patrocinio, y al de su hermana soltera Petra, en Puerto de Béjar se ha construido una moderna y funcional residencia de ancianos dedicada a la Virgen de la Asunción, patrona del lugar, lo que, por cierto, es un rasgo común con Dos Hermanas, donde también se tiene una notable devoción a María bajo esta advocación, de la que es bandera la hermandad de Vera-Cruz.
Además, Eusebio González poseía la Medalla al Mérito del Trabajo. A ello se sumaba que era comendador del Mérito Agrícola y fundó varias empresas agrícolas modelos.
Por otra parte creó varias minicentrales hidroeléctricas dándoles luz a varias poblaciones, incluidas Trujillo.
Quizá la más visible muestra de su ingenio, de la importancia de sus negocios, de la grandeza de su ánimo y de su laboriosidad es que llegó a tener 1.000 empleados.
En Puerto de Béjar, por supuesto, es muy recordado pero también por supuesto no lo es menos en Dos Hermanas. El almacén de Eusebio González o de don Eusebio es un referente en la historia de nuestro pueblo. Se habla de personajes que trabajaron en él tan significativos en nuestra historia local como su cuñado Alberto García –casado con su hermana María González Martín-, sus oficinistas como el encargado Manuel García Rivas -también importantísimo hermano mayor del Gran Poder y que yo particularmente recuerdo mucho y me es especialmente querido- o Guillermo Ojeda Arahal-conspicuo cofrade de la Oración en el Huerto- o mi abuelo Germán Calderón Miña, encargado de almacén, eso sin contar tantos y tantos toneleros que trabajaban en tan importante centro fabril.
Pero dejo por hoy este artículo esperando escribir en la próxima semana sobre concomitancias entre ambos pueblos que son muchas y muy curiosas.
Adenda
Por un olvido involuntario no he escrito que el triduo del Santísimo de Santa María Magdalena lo predicó un brillante y sensato predicado el padre Antonio Larios, dominico, muy conocido en nuestros lares que habló sobre la unidad alrededor del Sacramento del Amor. La función la predicó el párroco don Manuel Sánchez de Heredia. Por otro lado, hubo un olvido involuntario pero que tenía que solucionar y es que tengo que decir que nada más y nada menos que un obispo presidió el Corpus de la ciudad, lo que, entre tanta barahúnda de tantas procesiones, custodias, palios, bandas, flores, etc. etc.se me olvido poner. Presidió la procesión el obispo de Otukpo en Nigerio Monseñor Michael Apochi que había peregrinado para ganar el Año Jubilar a la Obra de la Iglesia, año jubilar que animamos a ganar a todos los cristianos nazarenos. Creo que para muchos fue una gran satisfacción encontrar un sucesor de los apóstoles presidiendo nuestra procesión del Corpus Christi. Laus Deo.