Reflexiones sobre el Carnaval 2018 (I)

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Carnaval

El Carnaval cada vez tiene un papel más importante en nuestro calendario festivo

Se están celebrando en nuestra ciudad las fiestas de Carnaval. Propiamente los días de Carnaval son el Domingo, el Lunes y el Martes vísperas del Miércoles de Ceniza. Y en Dos Hermanas el Carnaval acaba este año el primer día de la fiesta con Carnaval infantil. Este año no finaliza con la cabalgata. Me alegro que este año se la llame de nuevo con su nombre, cabalgata, pues nunca la he considerado un simple pasacalles. Y me gustaría, antes de meterme en temas más propiamente cuaresmales, que los exige el tiempo santo en que entramos, hacer unas pequeñas reflexiones sobre la alegre fiesta que hoy se vive, complemento de otras que he hecho en varias ocasiones.

Y, en primer lugar, cada vez me reafirmo más en que las Carnestolendas son una fiesta propia del pueblo llano de Dos Hermanas, de lo que se llamaría en Roma el popolino, ese pueblo de barrios tan castizos como Monti y el Trastevere, precisamente en una ciudad cabeza de la Cristiandad donde era una fiesta muy celebrada protegida por los papas en muchas ocasiones. Y si Roma tiene estos dos barrios y Cádiz la Viña, Dos Hermanas, para no ser menos, tiene su Ibarburu y su barrio La Pólvora por poner dos ejemplos de espacios urbanos donde se vive la fiesta con plenitud.

Y en nuestro pueblo no es, en absoluto, una fiesta de la burguesía, clase, por cierto, que contribuye y mucho en las otras festividades de la localidad. Razones históricas, como la persecución de la fiesta durante el régimen del general Franco y el apego de este sector a los postulados más anticarnavalescos de la Iglesia, explican este despegue de ese sector de la sociedad que, por otra parte, es el más apegado a la Iglesia, por los menos a la práctica dominical. Antes no era así. La burguesía nazarena participaba en la celebración y ahí tenemos el caso tan famoso de Dominguita Muñoz Ezquerra, hija de Manuela Ezquerra, camarera de Jesús del Gran Poder, y que era una gran carnavalera. Además, ya documentamos en su momento cómo la burguesía del pueblo era la que ganaba los premios del Carnaval. Pero, de todas formas, sospechamos que era más bien una fiesta del pueblo llano, que, aprovechaba la celebración, para subvertir los papeles sociales y protestar por todo lo que le pareciera mal en un pueblo que en la mayoría del siglo XX ha estado dominado por su burguesía. No hay nada más que leer la lista de alcaldes, provenientes en su mayor parte de esta clase social.

Pero también me interesa colocar el Carnaval dentro del panorama festivo nazareno. Me parece que estamos todos de acuerdo en que la gran fiesta de la ciudad es una romería, la de la Virgen de Valme. Después la discusión está servida: ¿Qué es más importante la feria o la Semana Santa? Esta pregunta es complicada de responder. Habida cuenta de que en la Semana Santa se toca más la fibra emocional de los participantes, que se trata de una fiesta religiosa de altos quilates y calado, que el pueblo participa en masa, que muchísimos nazarenos se agrupan en cofradías, que cada vez hay más cofradías, podríamos convenir que la segunda gran fiesta de la ciudad es la Semana Santa. Mas no podemos dejar atrás una fiesta como la feria de mayo que atrae a las masas con sus casetas, su colorido, su paseo de caballos, el baile, el cante, etc. Ante este panorama qué papel le corresponde a nuestro Carnaval. Ciertamente, es una fiesta menor dentro del panorama festivo nazareno. Pero, lo cierto, es que oscila de un año para otro pero es evidente que se consolida y que cada vez tiene un papel más destacado. Nada más hay que ver el programa de la fiesta para este presente año de 2018.

Ya ha pronunciado el pregón el periodista deportivo Fran Ronquillo. Quizá no sea un acta de tanta trascendencia simbólica como el pregón de Valme, el de Semana Santa o incluso otros pregones que se dan en el pueblo. Pero está ahí como pistoletazo de la fiesta y tiene su importancia. La próxima semana continuaremos con estas breves reflexiones sobre el Don Carnal nazareno.