La Hermandad de la Santa Veracruz de Dos Hermanas y su importancia

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Vera-Cruz

Es la cofradía más antigua entre las penitenciales de nuestra ciudad

Estamos celebrando en la actualidad los 475 años de los primeros datos que conservamos de la cofradía nazarena de la Santa Vera-Cruz, cuyas primitivas reglas fueron ordenadas en 1544 y aprobadas en 1554. Muy larga y extraordinariamente fecunda es la vida de esta cofradía, la más antigua entre las penitenciales, y una de las más ricas del pueblo.
Y cabría preguntarse la influencia que ha tenido la cofradía en la sociedad nazarena desde el Quinientos a nuestros días en un mundo, como el nazareno, en que asociaciones de todo tipo, entre ellas culturales, partidos o sindicatos han tenido y, por supuesto, tienen un gran poder.

La cofradía, por una parte, se muestra como el santo y seña del popular barrio de San Sebastián, que gira alrededor de su capilla, uno de los hitos urbanos más importantes de Dos Hermanas pues se trata de una de sus iglesias más antiguas la cual, aunque de sencilla arquitectura, cobija muchas obras de Arte algunas de gran valor. Es el caso por ejemplo del Cristo antiguo, el que actualmente procesiona, obra de pasta de maíz con filiación hispanoamericana. También destaca la bellísima Virgen del Mayor Dolor, también de autor desconocido, el Cristo nuevo –obra del imaginero alcalareño Manuel Pineda Calderón- el barroco San Francisco de Asís, el manierista San Sebastián o la romántica Virgen de la Asunción.

Pero San Sebastián no es sólo un monumento lleno de estimables obras artísticas. Es también y sobre todo un lugar de culto que sostiene la cofradía. Ésta cuida, no sólo de la misa dominical o del Rosario y Ejercicio de las Cinco Llagas que tiene lugar los viernes, sino también de los numerosos cultos a sus titulares como el quinario cuaresmal del Cristo, el triduo de mayo de la Virgen de Mayor Dolor, el triduo de agosto de la Virgen de la Asunción, el triduo septembrino de la Santa Cruz, la función el 20 de enero en honor de San Sebastián, a los que se suman la misa de hermandad mensual, las misas por las almas de los hermanos difuntos o el triduo al Santísimo Sacramento, celebrándose este último en la Parroquia del Ave María y San Luis en cuya feligresía se enclava la capilla. Además organiza la confraternidad tres procesiones: la del Jueves Santo, la de la tarde del quince de agosto, día de la Asunción, y la del Corpus Christi en colaboración con la parroquia.

También nos gustaría citar a los santos venerados en el templo hacia los que se dirige la devoción y piedad de los nazarenos como Santa Lucía, San Nicolás de Bari y, muy especialmente, en los últimos tiempos San Judas Tadeo, cuyo culto es uno de los grandes fenómenos cultuales –y culturales- de la Dos Hermanas de hoy en día.

Pero nos gustaría analizar la hermandad como fratría de varones con un gran peso en Dos Hermanas. Antes la hermandad aunque formada por hombres y mujeres sólo admitía en su junta de gobierno a los primeros. Hoy han cambiado los tiempos estando encuadradas mujeres en la junta de gobierno, como pasa también en otras muchas hermandades de la localidad. De todas formas hay que anotar que Vera-Cruz ha sido una de las últimas hermandades de nuestra extensa y poblada archidiócesis donde han empezado a vestirse las mujeres de nazareno, acompañando a los titulares en Semana Santa. Y nos gustaría hacer una precisión: aunque siempre han formado las mesas o juntas de gobierno de las cofradías los hombres las mujeres han tenido en Dos Hermanas un enorme peso en la Iglesia. Aunque no ocupaban tantos cargos como los hombres, en Santa María Magdalena era y, por supuesto es, muy importante el peso de las mujeres que, muchas veces desde el cargo de camareras, han ejercido un gran poder e influencia. Posiblemente, y esa es la teoría que sostenemos, han tenido más peso que los hombres en la vida eclesial de nuestro pueblo. Eso si contar que algunas cofradías eran femeninas como el rosario de mujeres de Nuestra Señora de las Virtudes –que no era propiamente una cofradía- o la Cofradía femenina de la Santa Cruz o la Asociación de la Subida a los Cielos, formada por las mujeres de Vera-Cruz y que daba culto a la Virgen de la Asunción.

Y en Vera-Cruz han existido también mujeres de mucho peso como la camarera de la Virgen del Mayor Dolor Virtudes Rivas García, viuda de Soto, o la también camarera de la dicha imagen Gracia López González, mujer del cofrade José Rodríguez Álvarez que entre otros cargos fue teniente de hermano mayor de la hermandad, amén de otras muchas mujeres de miembros de la mesa.

Ahora bien, lo que más me llama la atención son los mecanismos de poder que se formaron, forman y, suponemos, formaran en la junta de gobierno. Nos parece incuestionable que el común de los hermanos de Vera-Cruz pertenecen a la clase obrera de la ciudad. No obstante, el cargo de hermano mayor, como ocurre en otro ejemplo paradigmático como la Hermandad de Valme, ha estado en muchas ocasiones ocupado por individuos adinerados, muy influyentes en nuestra complicada sociedad local. Es el caso por ejemplo del rico comerciante del barrio Diego Gutiérrez Franco, conocido como ‘El Colo’ que fue hermano mayor entre 1927-1928 y entre 1949-1950, el comerciante de tejidos Antonio Troncoso Herrera, que lo fue entre 1909-1919, el rico comerciante de droguería también del barrio Francisco Rodríguez Álvarez, que lo fue entre 1947 y 1949, el acaudalado labrador y primer contribuyente de la villa José Gómez Martín que lo fue entre 1950-1951, el almacenista de aceitunas Antonio León Cruz, que lo fue entre 1951- 1963 o el comerciante Juan Gómez Carballido, que lo fue entre 1963 y 1984. A ello se suma que las diversas juntas de gobierno son enormemente variopintas concentrando a hermanos de muy diferentes clases sociales. Es sintomático, por ejemplo, que durante los mandatos de Antonio León Cruz y Juan Gómez Carballido muchos hermanos pertenecientes a profesiones liberales formasen parte de la junta, dejando un sello inconfundible en estas dos gloriosas etapas.

Por otra parte, tenemos de nuevo que recalcar la vinculación del pueblo llano a la cofradía ha sido muy grande. En una ciudad como la nuestra en la que existe tanta afición a la Semana Santa es innegable el apego de los nazarenos a esta cofradía. A su impresionante y magnífica puesta en escena en la Semana Santa no sólo contribuyen sus cofrades sino también el público que la contempla con sus mejores galas, dignas de un día tan santo como el Jueves Santo, día de la institución de la Eucaristía.

Pero no todo ha sido de color de rosas en la vida de esta benemérita corporación. Entre sus logros se encuentran juntar un importante patrimonio para el culto de sus titulares y también las numerosas obras de Caridad, que sin duda son lo más importante, con las que ha atendido a los pobres y necesitados de todo tipo. Mas también a lo largo del siglo XX y XXI han aparecido en ella diversas banderías y grupos de poder que han llevado a la cofradía a pasar por difíciles momentos. Ello es muy común en las cofradías y pasa en muchas.

Pero ello no es lo más apetecible y hay que luchar para desterrar estas guerras del mundo de las hermandades porque, evidentemente, las corroen y no las hacen aparecer como lo que en realidad son: grupos de cristianos cuyo fin es dar culto a Dios, a la Virgen y a los santos y atender a las necesidades de los hermanos o de otras personas.

De todas formas, Vera-Cruz sigue para adelante con el marchamo de ser una de las cofradías más antiguas, fuertes e importante del pueblo. Dos Hermanas se ve muy de vez en cuando sacudida por algún conflicto que afecta a una de estas confraternidades. Tenemos que esperar que no se repitan nunca y que la paz reine en nuestro mundo cofradiero. Afortunadamente los conflictos se apagan y vienen entonces épocas de calma en la vida de nuestras cofradías.

Pero, vamos, a lo que va este trabajo y nos interesa destacar es el papel que en nuestra inextricable vida local ha tenido la hermandad hacia cuyos titulares muchos nazarenos dirigen sus fervores, en la que muchos importantes nazarenos han ocupado cargos en su junta de gobierno y que es una de las grandes cofradías nazarenas de todos los tiempos.