“Un devoto por ir al Rosario por una ventana se quiso tirar”
Soy muy despistado, enormemente despistado. Y escribo muy ligero y corrijo más ligero todavía. Por eso, la semana pasada llamé a mi abuelo Antonio Alonso Madueño -mítico teniente de hermano mayor del Rocío- Antonio Alonso Muñoz, nombre de mi tío, también mítico -esta vez hermano mayor- del Rocío.
Ambos son -uno en el cielo y otro en la Tierra- personas de gran genio y poderío. Eso sí, hartos siervos de Dios. Y es que, ahora que lo pienso, tenía que aparecer en el artículo anterior el apellido Muñoz, uno de los más ilustres de la Historia de Dos Hermanas.
Y es que “Ante que Dios fuera Dios y los peñascos peñascos eran Muñoz los Muñoces y Velasco los Velascos” y “Ante que Dios fuera Dios y los peñascos peñascos eran Quirós los Quirós y Velasco los Velascos”. Y “Antes que Dios la casa de Quirós” y, supongo, que también se dirá, aunque no lo he oído ni visto escrito, “Antes que Dios la casa de Muñoz”. Y yo soy Quirós y Muñoz. Ignoro si soy Velasco.
Por otra parte, existe un decir, muy representativo de la ciudad, y que dicen Los del Río, Antonio y Rafael, que es “La capital del Mundo es Dos Hermanas” y, otro, más representativo que es “El mundo tiene dos pueblos, Dos Hermanas y Nueva York”.
Y, ya que estamos en Estados Unidos, me referiré a un decir de unos indios pueblos, los hopis, tribu sedentaria de la familia lingüística uto-azteca, caracterizados por ser muy pacíficos. Eran, por cierto muy atacados por los apaches, no sé ahora mismo si chiricahuas, mescaleros o mimbreños, la cual tribu era muy guerrera y belicosa.
Y yo, unas veces, me identifico con unos y, otras veces, con otros. Pues bien, los hopis en su religión, que luego convivió con la católica, iniciaban a los jóvenes en los misterios de la kiva, en los misterios de su sagrada religión. Cuando todavía no estaban iniciados, decían de los jóvenes, refiriéndose a otra tribu de la misma familia, “Aquí hay un pah-uta”, o paiute o piute pues, consideraban a estos últimos, tribu también, como he dicho, de la familia uto-azteca y, por tanto, parientes, unos ignorantes. Y yo, llevo toda la vida iniciándome en los misterios de la kiva. Era un pah-uta. Ahora, ya estoy iniciado, y soy un hombre.
Pero hay muchísimos más refranes y decires. Interesantísimas, son las coplas del Rosario. Mi preferida es “Un devoto por ir al Rosario por una ventana se quiso tirar y la Virgen María le dijo: Detente, devoto, por la puerta sal”. Pero, también, tiene una carga teológica enorme y es muy nazarena “El demonio, como es tan travieso, agarró una piedra y rompió un farol y salieron los Padres Franciscos y lo apedrearon en un callejón”.
O, por bonito, y, por místico, “En el cielo se alquilan balcones para un casamiento que se va a hacer, que se casa la Virgen María con el patriarca Señor San José” o, por lo que tiene de esforzado alcanzar la santidad, “Los dieces del Rosario son escaleras por donde van al cielo las almas buenas” o por hermoso y sublime “De la Reyna del Cielo, vasallos, atentos oídme, que quiero cantar las grandezas, las soberanías, las glorias los timbres de Su Magestad”. La del Sagrario y la de la Madre.
Pero, normalmente, muchos decires hacen referencias a los pueblos vecinos. Y, particular y normalmente, se meten con las mujeres. Por ellos, por respeto, al bello sexo y, porque no me da la gana, no voy a recogerlas. Me basta con saberlas y saber hasta donde llega ora la guasa ora la perfidia de los hombres.
Sí llegaré a otros de las familias de los diversos pueblos. Y se dice en Écija, “Tres cosas tiene Écija que no las tiene Sevilla: la Chacona, la Castelo y la Paca Bobadilla”. Y me gustaría entrar en la genealogía de estas tres ilustres damas pero no tengo tiempo. Lo cierto es que a Francisca de Paula Fernández de Bobadilla, casada con Manuel Gastón, la trató mi tío Manuel Castro Caro cuando vivía, durante la Guerra Civil- en Lodosa –Navarra- y contaba y no paraba sobre la largueza, liberalidad y caridad de esta mujer. No todo iban a ser faltas de caridades entre las buenas gentes de Écija.
Por otra parte, en Osuna se dice: “Lomelinos, Cascajosas y Domínguez, todos están guisados con la misma pringue. Castros, Puertas y Govantes, tos palante”.
Y yo, conozco a la seis familias, estando más cercanos a los Lomelinos por mi gran amigo Luis Lomelino Amérigo y porque los Lomelinos son Caros y, por tanto, parientes muy cercanos míos, que soy Caro de Dos Hermanas y Caro del Zalamea del Cristo o de la Serena. Hay otro refrán, referido a los Castros y a los Govantes, que me cayo por respeto a los Castros y a Chus, a Matilde y a Josele Govantes.
Por otro lado, es viejo el decir: “El Mundo tiene dos pueblos: Sevilla y Cádiz”, tal es la fascinación que ejercen sobre los hombres -y sobre Dios- estas dos bellísimas ciudades de subyugantes Semanas Santas, las de las dos, y fascinante Carnaval, la segunda, aunque también la tuvo y muy bella la primera.
En ellas, mandan Jesús Nazareno “El Greñuo” y el Gran Poder, el Señor. Aunque, tengo para mí, que, por delegación del Hijo a la Guebirah Mesiánica, las que más mandan son la Virgen del Rosario y la Virgen de los Reyes. Eso sí, la que tiene hoy el Poder en el Mundo es la Virgen del Rocío, por ser, nada más y nada menos, que el modelo más acabado y perfecto de la Mujer del Apocalipsis.
Pero bien, otro decir dice: “Señores de Sevilla, Señoritos de Jerez y Gente de Cádiz”. Es verdad, el señorío, a pesar de que, como decía Luis Cernuda, son finos pero fríos, de los sevillanos no lo tiene nadie -exceptuando, claro está, los de Dos Hermanas-
Por su parte, la gente de Jerez, es muy señorita. Conozco poca gente en Jerez de la Frontera, no como en El Gran Puerto de Santa María que conozco a todo el mundo, pero, lo cierto, es que los jerezanos tienen clase. Sean los gitanos de la Peña Tío José de Paula o los Domecq, son todos señoriales y harto siervos de Dios.
Por eso, conviven en las mismas hermandades. Mis mayores amigos en Jerez son los Pomar, que tienen su origen en Grazalema, la que vio quemarse las siete iglesias –ese número tan simbólico aunque no estoy seguro que fueran siete- en el malhadado día del 20 de mayo de 1936, antes de la Guerra Civil –como me contaba la santera del Carmen – y que se encuentra esta Guerra entre los grandes dolores e Cristo, entre los que más lo atormentaron- junto con la Guerra de los Cristeros de Méjico, la del santo José Sánchez del Río-, la deserción y desafección de Inglaterra, las Guerra de Ruanda y Burundi entre los católicos batutsi, los bahutu y, en medio, los batua, y también, para sacar a mi querida Francia, la Guerras de Religión, entre hugonotes y católicos, y la Revolución Francesa.
Menos mal que Francia luego dio tantas congregaciones a la Iglesia, como España, Italia y Bélgica. Pero bien, estaba con Jerez. Y creo que los Domecq son harto siervos de Dios y, no hay más que ver, a Álvaro Domecq y Díez como reaccionó cuando perdió a las nietas y a la tata de éstas.
En cuanto a la gente de Cádiz, lo son, gente, por la enorme sencillez que tienen todos sean los encopetados como mi gran y bohemio amigo José Antonio Pascual Marsan y su hermana Fina, Jaime Cano y su hermano Diego Cano, venerable sacerdote, Fran Barea y muchos más hasta el último gitano.
Y yo, he tratado mucho a los gitanos de Cádiz, esos gitanos de Santa María que lloran con y por “El Greñuo”. Gocen todos de la alegría sin fin.
Pero, igual que existe este decir sobre Jerez, a mí se me ocurre otro sobre Dos Hermanas: “Señores de Dos Hermanas, señoritos de Los Palacios, y gente de Utrera”, donde reina la Consolatrix Aflictorum, esa Virgen de Consolación, no agraciada pero que inspira religioso temor como decía Rodrigo Caro.
Y tiene la misma explicación este decir que el anterior por lo que me ahorro, ahora que es tiempo de ahorrar para el himeneo, palabras, decires y sentires.
Y, voy a sacar ahora en estos decires a Victor Manuel y Ana Belén, esa Ana Belén que fascinaba a todos en “La Corte del Faraón” actuando con el gran siervo de Dios y gran capillita que es Antonio Banderas. Siento no acordarme de qué hermandad es pero a él, como a todos los cofrades de Málaga, los llevo en el corazón.
Pues bien, Ana Belén canta “España Camisa Blanca de mi Esperanza a veces Madre siempre Madrasta”.
Yo, a España, la llevo en el Corazón pero más por la promesa al Padre Bernardo Francisco de Hoyos, uno de los innumerables como las estrellas del Cielo hijos de la Compañía de Jesús, de que el Corazón de Jesús, reinaría en España más que en otro lugar del Mundo.
Y, Dos Hermanas, ya sabemos que se consagró al Corazón de Jesús. Y lo sacó en procesión. Y de nuevo saldrá, seguro, pero sólo volverá a salir si le apetece a Adelaida León Campo. En sus manos, encomiendo esta misión. Pero Ana Belén canta a España como muy pocos lo han hecho y, por eso, me es especialmente grata.
También me gusta “La Muralla”, canción de la muralla que le pone Cristo a los hombres para protegerlos y de la muralla que le ponen a Él con los pecados.
Pero hoy, son otros tiempos, los tiempos nuevos y la Naturaleza se encuentra como decía el Apóstol de los Gentiles, Pablo de Tarso, con dolores de parto esperando la llegada de que es también Esposo de la Naturaleza.
Ahora, sólo pienso en una canción de Peter Gabriel & Kate Bush: Don´t Give up.
Y, también en una canción de la catedral Nueva –o de la Asunción- de Salamanca que dice: “Que, dulcemente, parece el Esposo, en casto reposo, delirio de Amor”.
Y ya es hora de que el Esposo, que ya no es un pah-uta, tenga su Esposa.
Y Ésta a Él.