1934
Por fin se hizo realidad el sueño de aquellos primeros devotos que, a finales del XIX, ya peregrinaban al Rocío en carromatos: la Hermandad del Rocío de Dos Hermanas ya es, oficialmente, la decimoséptima filial. Ayer fue presentada en la ermita ante la hermandad matriz de Almonte y junto a la de Triana, que actuó de madrina. La salida de las carretas se produjo el viernes entre una gran expectación. En su primera pernoctación, cerca de Villamanrique, coincidieron con la hermandad de Benacazón que, al enterarse de que se estrenaban en el camino, los “bautizaron” y celebraron una gran fiesta conjunta.
En 1918, el nazareno Juan José Jiménez prometió que, si salía bien de una operación, iría todos los años a la aldea
Cuentan que, en 1918, un devoto rociero nazareno, Juan José Jiménez López, se sometió a una difícil operación de laringe en Madrid. Prometió que, si regresaba con la facultad del habla intacta, iría todos los años a la romería como agradecimiento a la Virgen. Así lo hizo con su familia, junto a otras, durante los años veinte. Aunque José falleció en 1930, nunca han dejado de ir carros desde Dos Hermanas al Rocío, pero sin el auspicio de una hermandad.
El pasado verano, una comisión formada por Manuel García Arquellada (actual hermano mayor), Fernando Rincón Varela, José Luis Ferrer de Couto Lamas, Miguel Gandullo Rodríguez y Manuel Mejías García pusieron las bases para que se fundara la hermandad el 7 de octubre de 1933. Un total de 95,65 pesetas, procedente de donativos, se han invertido en diversos enseres, como un precioso simpecado de terciopelo rojo con los bordes dorados, un estandarte de terciopelo verde con dos escudos bordados en oro y la carreta de madera, con algunos adornos de metal plateados. Aunque no se espera su regreso hasta el martes, nos llega esta fotografía del camino que queremos compartir con nuestros lectores.