Un cambio en los días del camino de la Hermandad del Rocío

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Hermandad del Rocío

La devoción rociera de Dos Hermanas es un fenómeno religioso y social de los más importantes de nuestra ciudad, sobre todo por el papel que tiene el culto a la Virgen del Rocío en una ciudad eminentemente cofradiera como Dos Hermanas. Es además, un asunto que no sólo abarca las dos hermandades rocieras de la ciudad sino  también a las demás pues, mayormente, de una u otra manera, todas participan de este movimiento.

Y hoy vamos a referirnos al cambio de los días del camino de la Hermandad de Dos Hermanas. En efecto, primeramente tenía lugar la romería en cinco días. Se salía el viernes y se llegaba a la aldea el sábado para la presentación. Se salía de vuelta el mismo lunes y se entraba en el pueblo en la tarde del martes. Actualmente los peregrinos no se explican cómo se marchaba en lo que hoy se consideraría poquísimo tiempo. Luego se aumentó a siete días, posteriormente a ocho y luego a nueve. En efecto, la hermandad se reunió el cinco de marzo de 1985 a las 20’50 horas en su casa hermandad de la calle de Alcoba –la antigua comprada en el mandato de Antonio Alonso Muñoz- presidiendo el entonces hermano mayor Ignacio Sánchez-Blanco Parody, perteneciente a una conocida familia de la burguesía sevillana con posesiones en nuestro pueblo como la finca Los Manueles. A la reunión asistieron los hermanos Francisco José Torres Salguero, Nicolás Zamudio, Antonio Muñoz Muñoz, Miguel Suárez González-Cordero, José Gómez Claro, José García, Manuel García, José Manuel Claro, Pedro Rubio, Manuel Delgado, Isidoro Junguito Moreno, Antonio Alonso Muñoz, Francisco Ruiz Rodríguez, Manuel Japón Jurado, Jesús López Collantes de Terán, Manuel Mendizábal Merino, Manuel Luque, Enrique Cabeza Cisma y Manuel Rodríguez.

Una vez leída el acta de la reunión anterior celebrada el 26 de febrero del mismo año, ésta fue aceptada por unanimidad.  A continuación se trató sobre el pregón que organizaba y organiza la hermandad. El exhermano mayor Isidoro Junguito Moreno opinó que no se debería perder este año y seguir así la tradición. Varios hermanos eran favorables también a la celebración de éste. Se piensa que debía celebrarse en Santa María Magdalena y que el pregonero fuera el presentado por el hermano mayor, su cuñado José Toro Martínez, que era y es hermano de la cofradía.

Posteriormente, se pasa al punto que más nos interesa y que es centro de este pequeño trabajo. El hermano mayor presenta la propuesta de varios hermanos de adelantar en un día la salida. Ignacio Sánchez-Blanco, que, evidentemente, estaba a favor del cambio, expuso las ventajas que tendría la hermandad y pidió la opinión de los presentes.  Los hermanos Manuel Delgado, José Torres Salguero, Pedro Rubio, José Manuel Claro, Manuel García, José García, José Gómez Claro, Manuel Barbero, Miguel Suárez González-Cordero, Antonio Muñoz Muñoz, Nicolás Zamudio, Francisco Ruiz Rodríguez y Manuel Japón Jurado se expresaron a favor de adelantar la salida en un día y hacer el regreso en dos. Es decir, se saldría el miércoles, se llegaría el viernes y se saldría de vuelta el martes, llegando al pueblo el miércoles. Los hermanos Manuel Mendizábal Merino e Isidoro Junguito Moreno expusieron que si salía aprobada la propuesta en junta se debería llevar a una asamblea general de hermanos para su ratificación. Los hermanos Manuel Rodríguez y Manuel Luque votaron a favor, proponiendo el primero que a la vuelta el lugar de dormir en el cortijo de Colinas se durmiera en Tornero. El segundo iba todavía más lejos pues estaba a favor de alargar un día más la romería, o sea, hacer, como hoy, salir el miércoles y entrar el jueves. Hay que decir que Manuel Luque votaba con consentimiento de la junta en nombre también de un ausente, el hermano Luis Cáceres.  Por su parte, el hermano Enrique Cabeza Cisma pidió una planificación.

A continuación el secretario leyó las reglas en las cuales se especificaba que la salida se hacía tres días antes de Pentecostés, es decir, el jueves. Por todo ello había que celebrar como dijeron los hermanos Isidoro Junguito Moreno y Manuel Mendizábal Merino una asamblea en la que dar cuenta a la hermandad del acuerdo según mandaba el artículo 99 de los  estatutos.  Se decidió celebrarla el 26 de marzo de 1985 y para ella se debería llevar una planificación del camino hecha por los alcaldes de carretas y aprobada por la mesa.

A propuesta de Enrique Cabeza Cisma se aprobó que mientras las reuniones se celebraran los martes, fecha que se mantiene en el presente, al final de cada reunión se diera el orden del día de la próxima.

Pero no acaba aquí este acta donde se aprueba en junta el cambio de días. Luego se expuso un informe sobre la casa de hermandad. Ignacio Sánchez-Blanco Parody y José Torres Salguero mostraron las obras que se debían efectuar en la casa de la aldea antes de la romería y que consistían en electricidad, alcantarillado del corral, pintura de bajos, revisión de los techos…Ya se miraba realizar las nuevas obras de acondicionamiento de la casa, que luego se hicieron logrando un mayor espacio para la hermandad pero acabando con la primitiva belleza que mostraba el patio. El aprovechamiento del corral y el patio se estudiarían  en un proyecto de un arquitecto “con visión de futuro”. Estaba previsto adelantar el salón de juntas.  En este punto el difunto Enrique Cabeza Cisma, que se ocupaba de puntualizar todo, sugirió que en el proyecto se incluyera también el adecentamiento de la capilla donde se guarda la carreta y el simpecado.

Mas seguían preocupando los temas relacionados con la aldea. El hermano Manuel Rodríguez manifestó su preocupación por la poca habitabilidad que tenía el sitio donde acampaban los carros a lo que el hermano mayor le pidió que presentara propuestas de mejora para la próxima reunión. Se acordó que los días 23 y 24 de marzo se iría al Rocío a efectuar el adecentamiento y las obras más urgentes.

Por último se pasó a los ruegos y preguntas. El orden del día para la siguiente reunión consistiría en: 1) Comentar el cuestionario de la hermandad matriz para presentarlo a la reunión comarcal del día 16 en Los Palacios 2) Informe de los alcaldes de carretas sobre la planificación del camino 3) Hablar de la propuesta de Manuel Luque de ampliar la romería en un día 4) Tratar sobre la propuesta del hermano Manuel Rodríguez de adecentar el sitio de acampada.

En fin, en este cabildo se establecen los ocho días que ha hecho la hermandad hasta el último cambio de los nueve días, que es el que rige en la actualidad. Se salía el miércoles y se volvía el miércoles. Hoy, como sabemos, se entra el jueves.

En la vida de una hermandad rociera lo más importante no debe ser el camino pues existe un día a día, unos cultos en Dos Hermanas, unos cultos en la aldea durante la romería con un rosario de Almonte, un pontifical del Domingo de la Pascua de Pentecostés en que celebramos la venida del Espíritu Santo sobre la Virgen y el colegio apostólico, un rosario en la noche de este mismo día y,  sobre todo y ante todo, una procesión en la jornada del Lunes de Pentecostés, día especialmente dedicado a la Virgen.

Ahora bien, no cabe duda, de que el camino tiene su papel sobre todo por las energías que la hermandad gasta en él y porque se concibe como un peregrinar hacia la fiesta del Espíritu Santo y de la Virgen. Además para muchos significa unas vacaciones, un reposar en su trabajo, una gran oportunidad de socialización, etc.

Todo el que ha hecho el camino no deja de alabar las ventajas de éste a pesar de las penalidades que se pasan. Ahora bien, confundir el camino con lo principal de la romería no es de recibo pues lo primordial de ella, sin duda alguna, y ello se ve desde una visión ‘etic’ y ‘emic’ es la salida de la Virgen que es para lo que se acude a la romería principalmente.

FUENTES DOCUMENTALES:
-Archivo de la Real y Fervorosa Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Dos Hermanas. Libro de Actas 26-II-1985 a 4-X-1987.