Un hombre de 50 años de edad sufrió ayer por la tarde un “infarto fulminante” que le causó la muerte mientras se encontraba en la Comisaría de Policía de Dos Hermanas esperando para renovarse su Documento Nacional de Identidad (DNI).
Los hechos ocurrieron pasadas las 18.00 horas, justo en el momento en que los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía llamaban a este hombre para que pasara a la renovación de su DNI. Según apuntan fuentes municipales, el hombre –residente en Marismillas, perteneciente al vecino municipio de Las Cabezas de San Juan- que permanecía sentado esperando su turno, llegó a levantarse y en ese preciso instante, al parecer, le sobrevino la parada cardíaca y cayó al suelo.
Pese a que los agentes se afanaron en recuperarle practicándole las maniobras de reanimación cardiopulmonar, nada pudieron hacer por salvarle la vida. Los efectivos sanitarios del 061 sólo pudieron certificar su muerte ya que el infarto fue “fulminante”.
Un desgraciado incidente que provocó revuelo dado el número de personas que se encontraban en ese momento esperando también su turno. La Policía procedió al desalojo del vestíbulo de la comisaría, donde se ubica la sala de espera para este fin, y se habilitó un acceso alternativo para continuar prestando el servicio de renovación de documentos y su expedición para el resto de personas que contaban con su cita.
El infarto fulminante es una de las principales causas de muerte súbita. Después de un infarto, el corazón puede dejar de trabajar por haber sufrido necrosis en una zona de su músculo o por haber surgido una arritmia maligna. En ambos casos, el corazón se vuelve incapaz de bombear sangre correctamente, llevando un paciente a un colapso circulatorio, que es una situación en que los órganos y tejidos del cuerpo no reciben sangre correctamente.
El paciente habitualmente empieza con un cuadro de cansancio, sudoración y dolor en el pecho, al igual que en cualquier otro infarto. Si el área del corazón afectada es muy grande, el corazón entra en colapso, y el paciente evoluciona rápidamente para un cuadro de shock cardiogénico, que se caracteriza por hipotensión arterial y dificultad severa para respirar. Si el paciente tiene una arritmia maligna, pierde la conciencia y la respiración.
Si el paciente tiene una isquemia cardíaca y evoluciona con una arritmia maligna fuera del ambiente hospitalario, las posibilidades de sobrevivir son muy pequeñas. La fibrilación ventricular debe ser revertida con un desfibrilador en cuestión de minutos. Después de 10 minutos de fibrilación, la mayoría de los pacientes ya no podrá salvarse, inclusive si el shock eléctrico del desfibrilador ha sido dado. Además, cuanto más tiempo el paciente permanece en paro cardíaco sin atención médica, mayor será el riesgo de lesión permanente del cerebro. Mientras el corazón está parado, el cerebro está sin recibir sangre.