Verónica López es la supervisora de Cirugía General y Digestiva del Hospital de Valme y ha estado como cooperante en Guatemala
Verónica López Sánchez es nazarena de nacimiento y reside en la ciudad. Siempre le gustó el área de la Salud y, aunque pensó en estudiar Medicina, se decantó por Enfermería por su vocación de ayuda a los demás.
Durante la carrera universitaria realizó prácticas en distintas unidades de Enfermería. “En ese momento, cuando yo estudiaba, sólamente existían dos especialidades: Matrona y Salud Mental. A día de hoy se han ampliado: Enfermería Obstétrico-Ginecológica, Enfermería Pediátrica, Enfermería Familiar y Comunitaria, Enfermería de Salud Mental, Enfermería del Trabajo y Enfermería Geriátrica”, explica.
“En un primer momento no estudié ninguna especialidad, pero la enfermería tiene muchos campos aún todavía no reconocidos como especialidad para la formación. Cuando llegué a Valme hace 10 años me ofrecieron la posibilidad de comenzar mi andadura en el quirófano y, aunque al principio me dió miedo y respeto por no manejar el entorno y el paciente quirúrgico, finalmente acepté vincularme al área quirúrgica. Comencé con cirugía mayor ambulatoria y seguí iniciándome en los quirófanos, de especialización de ginecología, cirugía vascular, cirugía, otorrino, cirugía, general, etc.”, indica.
Verónica López ha sido una de las integrantes de la expedición solidaria organizada desde el Hospital de Valme en Guatemala.
Esta actuación se desarrolla cada año en la ciudad guatemalteca de Antigua con el apoyo del Fondo de Cooperación al Desarrollo y Ayuda Humanitaria del Servicio Andaluz de Salud.
Durante el período de residencia, dos semanas, estos cooperantes desarrollan un programa quirúrgico con el que cada año adquieren un compromiso solidario con la población necesitada de este país.
De tal modo que, con su aportación anual, este grupo de cooperantes contribuye a la atención de pacientes en un hospital perteneciente a las Obras Sociales del Hermano Pedro que vive de la caridad.
El grupo del Hospital Universitario de Valme ha estado conformado por ocho sanitarios: dos médicas infectólogas, Eva León y Marta Trigo; dos cirujanos, Daniel Bejarano y Granada Jiménez; dos médicos anestesistas, Sergio Gracia y Pilar Gómez; y dos enfermeras, la supervisora del servicio de Cirugía Verónica Lopez junto a la enfermera de quirófano Margarita Jimenez.
La actividad asistencial en la que han participado los profesionales del Hospital de Valme sobrepasa los 300 procedimientos.
Las patologías abordadas han incluido pared abdominal, colecistectomías (vesículas, eventraciones y hernias), patología perianal y colorrectal, más las de origen vascular incorporadas en la actual edición del proyecto. Dos semanas intensas centradas en un programa quirúrgico, dando continuidad a incursiones precedentes.
Verónica López nos cuenta su experiencia:
¿Cómo es su día a día en el Hospital?
Actualmente, soy Supervisora de un servicio hospitalario y me dedico a la gestión de recursos humanos y de la propia unidad de cirugía general y digestiva en el ámbito de hospitalización.
¿Cuál es el mejor momento en su profesión?
El mejor momento lo definiría como la satisfacción percibida por parte del usuario/paciente de los cuidados prestados, esto realmente se traduce en un gracias por haber cuidado a mi familiar en un momento tan duro.
¿Y el peor?
El peor momento es sin duda saber que aún haciendo todo lo posible que está en nuestras manos, y debido a la gravedad de la patología, el paciente no seguirá adelante.
¿Alguna anécdota que quiera compartir?
En mi trayectoria tengo muchas, divertidas y no tanto, pero siempre hay algún paciente que te saca una sonrisa, sobre todo pacientes con edad avanzada que todavía vinculan a los enfermeros con los ‘practicantes’ de antaño desconociendo la asunción de muchas más funciones adquiridas con el tiempo por nuestra profesión.
¿En qué momento decide sumarse al proyecto de cooperación en Guatemala?
Me sumé hace un par de años, cuando me lo ofrecieron, aunque llevaba casi seis detrás de este tema de cooperación sanitaria.
¿Qué se encontraron al llegar?
Pues nos hemos encontrado un pueblo lleno de agradecimiento por nuestra labor, alrededor de más de 300 cirugías realizadas.
¿Qué trabajo ha realizado la expedición y qué papel juega la enfermera en el ámbito de la cooperación?
Enfermería siempre juega un importante papel; de hecho, somos el nexo de unión entre paciente y facultativo. Dentro de la cooperación se amplía, desde la preparación del paciente en el área pre quirúrgica, gestionamos el montaje de quirófanos, fungibles necesarios durante las intervenciones, instrumentación de las cirugías hasta el acompañamiento tras la cirugía en la sala de reanimación post anestésica.
¿Ha necesitado una formación o preparación previa?
Es un proyecto sanitario centrado en el ámbito quirúrgico, de ahí que llevara experiencia acumulada en ese campo: seis años en el área quirúrgica, también he trabajado en Uci y sala de Despertar. Así que gracias a ello, he podido hacer frente a mi labor allí.
¿Hay muchas diferencias entre la Sanidad española y la guatemalteca?
Claro que sí, comenzando por el tipo de sanidad existente. Aquí tenemos la gran suerte de tener una sanidad pública, tenemos recursos materiales y humanos a disposición del paciente cuando haga falta. Sin embargo allí por desgracia, el Hospital Nacional de Guatemala no dispone de recursos necesarios para abastecer a la población y precisan pagar sus procesos en función de sus ingresos económicos. Algo que es imposible para muchas muchas familias.
¿Cómo ha sido la experiencia?
Mi experiencia sigue siendo muy enriquecedora y pretendo cooperar cada vez que pueda y me necesiten.
La nazarena Verónica López no duda en demostrar su lado más solidario en estas expediciones de cooperación. Explica con rotundidad que: “el proyecto solidario en Guatemala une mis dos grandes pasiones: la Enfermería Quirúrgica y mi vocación de ayuda a los demás”.
